Un ataque terrorista en Jaffa el martes por la noche dejó siete personas muertas y al menos ocho heridos, según informó la Policía de Israel. El incidente, considerado uno de los atentados más letales de los últimos años, ocurrió cuando dos terroristas, uno armado con un rifle y otro con un cuchillo, atacaron a civiles que viajaban en el tren ligero de Tel Aviv.
Tras bajarse del tren, los atacantes continuaron su recorrido a pie por la calle Jerusalén, donde dispararon y apuñalaron a más personas. La policía informó que un agente de seguridad municipal, junto con civiles armados, lograron “neutralizar” a los dos terroristas.
Los atacantes fueron identificados como Mehmed Khalaf Saher Rajab y Hassan Mohammed Hassan Tamimi, ambos palestinos residentes de Hebrón, en Judea y Samaria. Las víctimas fueron trasladadas para recibir atención médica en el Centro Médico Wolfson en Holon y en el Centro Médico Ichilov de Tel Aviv. Sin embargo, no se dieron a conocer de inmediato las identidades de los muertos.
Este atentado se produjo en un momento de alta tensión en Israel, justo cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron una incursión terrestre en el Líbano, con el objetivo de desplazar al grupo terrorista Hezbolá de la frontera. El ataque en Jaffa también ocurrió pocos minutos antes de que Irán lanzara un masivo ataque con misiles contra Israel.
Daniel Levy, comisario de la Policía de Israel, acudió al lugar de los hechos y declaró ante los medios que estaban “ante un incidente muy grave”. También afirmó que no tenían información previa que indicara que el ataque fuera a ocurrir.
Testigos describieron escenas caóticas. Motti, propietario de un quiosco cercano, relató a Ynet: “Escuchamos disparos por todos lados. Salimos asustados y vimos a dos figuras corriendo por la calle, que parecían ser los terroristas. Era difícil verlos con claridad”. Mohammed, un vendedor de flores que presenció el ataque, comentó: “Una mujer salió del tren gritando, y después vi a varias personas heridas. Fue un día triste y muy duro”.
Tras el atentado, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, expresó en X su intención de exigir que las familias de los terroristas sean “exiliadas a Gaza” y que sus hogares sean demolidos como represalia.