Funcionarios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) han advertido que el asesinato del líder del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS), Abu Bakr Al-Baghdadi, en una redada de los Estados Unidos el 26 de octubre, no menoscabó las capacidades y amenazas del grupo.
Los funcionarios indicaron que el grupo mantenía la cohesión e integridad de su estructura organizativa y el sistema de liderazgo y control dentro de ella. Además, muchas de sus ramas siguen ejerciendo sus actividades militares y de seguridad en varios países.
Abu Ibrahim Al-Hashimi Al-Qurashi sustituyó a Bagdadi, y las fuerzas que luchan contra ISIS evalúan la ineptitud de Al-Qurashi para dirigir el grupo en el período posterior a Bagdadi, y las continuas divisiones que afectan a la primera fila del liderazgo del grupo, que fue testigo de diferencias “sistemáticas” entre dos tendencias intelectuales después de que Bagdadi no lograra reconciliarlas antes de su muerte.
En cierta medida, el grupo sigue disfrutando de una relativa libertad de circulación gracias a los “grupos móviles” que siguen lanzando ataques de bajo nivel en zonas de seguridad frágiles de Irak y Siria, en comparación con sus mortíferos ataques antes de tomar el control de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak, en 2014, y luego su expansión a grandes zonas de los dos países vecinos, Irak y Siria.
Existen dudas en Estados Unidos sobre la capacidad de Al-Qurashi para llevar a cabo las actividades de los combatientes del grupo con un impresionante impulso que llama la atención del mundo sobre su presencia y su fracaso para derrotarlos, mantener la cohesión y la unidad de la estructura del grupo e impedir su desintegración.
En agosto de 2018, los informes del Pentágono indicaron que ISIS todavía tiene al menos 30.000 combatientes en Siria e Irak.
Sin embargo, algunas cifras publicadas por funcionarios de los Estados Unidos encargados de la lucha contra el terrorismo indicaban que el grupo seguía teniendo por lo menos 14.000 combatientes en Irak y Siria, después de haber perdido el control de la zona de Al-Baghuz en la campiña de Deir ez-Zor, cerca de la frontera sirio-iraquí en marzo de 2019.
Otras cifras indican que todavía hay más de 18.000 combatientes ISIS, unos meses después de que el grupo perdiera el control de esa zona, que es la última región de su control en Irak y Siria, tras los acontecimientos de Mosul en 2014.