Ocho ONG palestinas financiadas por Europa tienen vínculos con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), un grupo terrorista designado por EE.UU., según un nuevo informe.
Las ONG palestinas Addameer, Al-Dameer, Defensa de los Niños Internacional-Palestina, Comités de Trabajo de Salud, Centro Palestino de Derechos Humanos (PCHR), Unión de Comités de Trabajo Agrícola (UAWC), Unión de Comités de Trabajo de Salud y Unión de Comités de Mujeres Palestinas fueron identificadas por el instituto de investigación NGO Monitor con sede en Jerusalén en un informe publicado la semana pasada como que tienen amplios vínculos con el FPLP.
“Más de 70 funcionarios actuales y anteriores, miembros de la junta y de la asamblea general, así como altos directivos y fundadores de estas ONG tienen vínculos directos con el FPLP, designado como grupo terrorista por los Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Israel y otros”, dice el informe.
“Varios de ellos están empleados en puestos financieros en las ONG apoyadas por Europa, lo que plantea interrogantes sobre la supervisión y el desvío de la ayuda”, prosiguió.
“Esto forma parte de una amplia red utilizada por el grupo terrorista para ganar legitimidad operando bajo la fachada de la sociedad civil”, añadió el informe.
En el informe se detallan los millones de dólares de financiación destinados a estas ONG por patrocinadores gubernamentales, entre ellos los Países Bajos, Suiza, España, Alemania, Francia, Irlanda, Noruega y Bélgica, con el apoyo adicional de los Estados Unidos, Canadá, Japón, la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios y el UNICEF.
También se identificó a cinco miembros de las ONG financiadas por Europa, entre ellos un contador de la UAWC, que fueron acusados en diciembre en relación con el atentado terrorista perpetrado en Israel en agosto en el que murió Rina Shnerb, de 17 años de edad.
Según el presidente y fundador de NGO Monitor, el profesor Gerald Steinberg, el apoyo europeo a determinadas ONG palestinas e israelíes comenzó a mediados del decenio de 1990, y varios funcionarios de la Unión Europea y de los Estados miembros utilizaron ese apoyo para aumentar su influencia.
“Esta política ha crecido hasta convertirse en un programa de financiación masiva con unos 100 millones de dólares anuales, sin casi ninguna responsabilidad”, dijo a JNS.
La falta de supervisión con respecto a estos fondos, dijo Steinberg, resulta en que “el dinero destinado a la paz y los derechos humanos” se utiliza “en cambio para la incitación y la demonización”.
“El hecho de que los funcionarios del gobierno europeo, los miembros del parlamento y los periodistas desconozcan estos numerosos vínculos entre las ONG y los terroristas habla por sí mismo”, dijo Steinberg.
“Cada uno de los países implicados, y la Unión Europea, deberían congelar todos los fondos y realizar investigaciones independientes”, añadió. “La información está disponible públicamente. Todo lo que tienen que hacer es mirar”.