Un empresario canadiense de origen paquistaní, acusado de participar en la planificación del atentado de 2008 en Mumbai, aterriza en Nueva Delhi tras ser extraditado desde Estados Unidos. Es la primera vez que se concreta una transferencia de este tipo en un caso de terrorismo.
La India recibe a Tahawwur Rana, de 64 años, médico que cambió su carrera por los negocios, en el marco del proceso judicial por los ataques de noviembre de 2008 que dejaron más de 160 muertos, entre ellos seis ciudadanos israelíes asesinados en el centro judío Chabad.
Tras años de insistencia diplomática, la Agencia Nacional de Investigación anuncia que ha logrado concretar la extradición del considerado conspirador clave en el atentado, una operación descrita como sostenida y concertada.
Las autoridades estadounidenses rechazaron los recursos de apelación de Rana, lo que permitió a los agentes de seguridad de la India escoltarlo de regreso al país para enfrentar a la justicia.
Desde el gobierno de Narendra Modi, el ministro del Interior, Amit Shah, califica la extradición como un logro importante de la diplomacia india.
En una publicación en X, Shah subraya que la obligación del gobierno consiste en hacer que todos los responsables de agredir al pueblo y al territorio indio enfrenten las consecuencias de sus actos.