La división naval del ala militar de Hamás no suele aparecer en los titulares internacionales, a pesar de estar ocupada todo el año con la planificación de incursiones terroristas en la costa de Israel y ataques a objetivos sensibles.
Sin embargo, el ala fue objeto de atención de los medios de comunicación a principios de este mes, cuando informes no confirmados afirmaron que un alto comandante de la fuerza naval de Hamás huyó de Gaza en un barco naval israelí. Según esos informes iniciales, que recibieron una amplia cobertura internacional, el agente de Hamás huyó con su ordenador portátil, equipo de vigilancia y documentos sensibles.
En las consecuencias que ello tuvo, el Ministerio del Interior de Hamás, según se informa, detuvo a 16 de los propios miembros del grupo, en su mayoría de la rama militar del grupo, las Brigadas Izz a-Din al-Qassam, como parte de una investigación interna sobre el presunto espionaje para Israel.
Pero la exactitud de las afirmaciones anteriores sobre la identidad del fugitivo se puso en duda después de que la agencia de inteligencia nacional de Israel, Shin Bet, anunciara el jueves que el hombre que huyó el mes pasado nadó por su cuenta en aguas israelíes y pertenecía a una unidad de misiles antiaéreos de Hamás. Añlegó que se enfrentaba a “dificultades personales en el frente familiar” y que estaba “siendo perseguido y calumniado por altas figuras de Hamás”.
El hombre, llamado por el Shin Bet como Izzadin Hussein de 24 años, del distrito de Jabaliya en el norte de Gaza, fue puesto bajo custodia de las FDI y transferido al Shin Bet para ser interrogado. La investigación reveló que en el 2013 Hussein fue reclutado en el ala militar de Hamás, y desde el 2018 hasta su fuga, sirvió como miembro de la unidad de defensa aérea de Hamás, donde tuvo un papel de mando, responsable de una célula de lanzadores de misiles de hombro.
“En el contexto de esta función, almacenaba en su casa un misil antiaéreo y tenía órdenes de dispararlo contra un helicóptero israelí en caso de que aterrizara cerca de su casa en Gaza, con el fin de matar o secuestrar a soldados israelíes”, mencionó el Shin Bet en un comunicado. “Hussein aprendió sobre varios aviones de la Fuerza Aérea Israelí y sus funciones, misiles antiaéreos y sobre prismáticos y cámaras para poder vigilar los movimientos de los aviones israelíes en los cielos de Gaza”.
El Shin Bet manifestó que la investigación reveló una gran cantidad de nueva información sobre Hamás.
Los informes constituyen un importante recordatorio de una tendencia más amplia, que es que Hamás sigue dando prioridad a la formación de su ejército terrorista, y está trabajando para mejorar su capacidad de ataque en múltiples áreas, incluyendo misiles antiaéreos y la fuerza naval de ataque. La división naval de Hamás es un componente vital de sus planes de ataque futuros.
Formada después de la Operación Plomo Fundido del 2009, la unidad de comando naval fue noticia durante el conflicto de Israel con Hamás en el 2014, cuando los miembros de la unidad de submarinismo desembarcaron en la playa de Zikim, en el sur de Israel, antes de morir a causa de los disparos de las FDI.
Desde entonces, Hamás ha trabajado duro para mejorar la unidad. Según la propia información de las FDI, su fuerza marítima ha “mejorado inmensamente” en los últimos años, en parte para compensar la pérdida de la capacidad de Hamás de utilizar túneles para infiltrarse en Israel con escuadrones de la muerte armados. Las mejoras incluyen la práctica del uso de cuadrípedos para bombardear buques de la marina, el entrenamiento para enviar barcos y balsas repletas de explosivos, el uso de dispositivos explosivos flotantes y la excavación de túneles submarinos para el despliegue de atacantes submarinos.
Al igual que Hamás quiere mejorar su capacidad de ataque ampliando su arsenal de cohetes y sus fuerzas terrestres, también busca mejorar su capacidad de ataque submarino.
Las FDI vigilan de cerca estos esfuerzos, que son, como otros programas de aumento de fuerzas de Hamás, en parte disfrazados de actividades civiles.
La armada israelí está respondiendo a la amenaza con sensores de detección por sonar submarino, ejercicios en los que las fuerzas navales israelíes lanzan cargas de profundidad submarina para atacar a los hombres-rana de Hamás, y una barrera marina de reciente construcción en la costa meridional israelí, con una valla alta equipada con sensores avanzados. La barrera de 200 metros está compuesta en su mayor parte por un muro submarino de rocas.
Pero la barrera no es un seguro contra futuras incursiones de la unidad de comando de Hamás, y la amenaza no se limita a los escuadrones de buceo armados de Hamás. Las Brigadas Izz a-Din Al-Qassam han recibido instrucciones operacionales iraníes sobre cómo lanzar ataques de barcos tipo enjambre contra la Armada israelí, y están preparando esas capacidades para los enfrentamientos con Israel.
Por su parte, la Armada israelí debe ser capaz de distinguir entre los barcos pesqueros civiles de Gaza y los buques de Hamás cargados de bombas disfrazados de barcos pesqueros.
El general de brigada (retirado) Yossi Kuperwasser, ex jefe de la división de investigación de la Dirección de Inteligencia Militar de las FDI, e investigador superior del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén, declaró al Proyecto de Investigación sobre el Terrorismo que la fuerza naval de ataque es una de las principales prioridades de Hamás.
“Esto se debe al hecho de que Hamás está naturalmente expuesto al mar Mediterráneo. Una de las únicas salidas que tiene es al mar. Esto es bueno para el tráfico de armas, para la defensa y para los ataques ofensivos, que es el titular de la fuerza naval de Hamás”, afirmó Kuperwasser.
“Hamás está buscando maneras de evitar el cierre de Israel en Gaza, y hacerlo en paralelo a su concepto de túnel. Hay dos niveles del mar, la superficie del mar y bajo el nivel del mar, y esto forma un componente muy importante para Hamás en su capacidad de lanzar ataques a sitios estratégicos en Israel”, añadió.
La costa israelí tiene objetivos sensibles como las centrales eléctricas, mientras que las plataformas de perforación de gas natural en alta mar constituyen otro objetivo potencial.
“Una infiltración en sí misma sería un logro estratégico. Por lo tanto, invierten mucho en esto”, declaró Kuperwasser.
El uso del mar para construir una fuerza de ataque asimétrica ha sido una pauta que otros adversarios israelíes también han estado desarrollando, señaló Kuperwasser, sindicando a Hezbolá, que ha hecho importantes inversiones en una fuerza naval, y a Irán, que ha estado construyendo enjambres de lanchas rápidas para misiones de ataque.
“En la guerra asimétrica en el mar, hay una gran ventaja para quienes emplean una fuerza naval secreta”, indicó Kuperwasser. “Hamás está comprando todo el tiempo equipo de buceo, así como otras formas de equipo, y entrenando a su personal. Esto es una prioridad muy alta para ellos”.