Hezbolá advirtió que el ataque aéreo ejecutado este domingo por Israel contra el barrio de Haret Hreik, en los suburbios del sur de Beirut, constituye una escalada no admitida previamente.
El Gobierno israelí afirmó que la operación tuvo como objetivo al jefe del Estado Mayor del movimiento. El Ministerio de Salud del Líbano actualizó el balance a cinco personas fallecidas y 28 heridas. El presidente libanés, Joseph Aoun, pidió a la comunidad internacional una intervención firme y seria para detener los bombardeos sobre el país.
El impacto afectó a un edificio de viviendas de varios pisos en Haret Hreik, área de presencia principal del movimiento chií en la capital. La agencia estatal libanesa NNA informó la llegada de ambulancias y equipos de rescate al inmueble alcanzado y reportó daños materiales cuantiosos en vehículos y edificios colindantes. La misma agencia señaló el lanzamiento de varios misiles contra la estructura ubicada en la calle al-Arid. Testigos describieron una columna de humo de gran tamaño sobre la zona poco después de la explosión.
El Ministerio de Salud comunicó en un primer momento una persona muerta y 21 heridas; horas más tarde elevó el balance a cinco muertos y 28 heridos. La variación respondió a la actualización del recuento sanitario a medida que avanzaron las labores de asistencia y traslado.

La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que el objetivo del ataque fue Haytham Ali Tabatabai, descrito como jefe del Estado Mayor de Hezbolá y responsable de la reorganización y el rearme del grupo tras el alto el fuego vigente desde noviembre de 2024. Según esa versión, la orden de ejecutar la operación siguió una recomendación de las máximas autoridades militares. El ejército israelí difundió imágenes del impacto contra el inmueble.
Hezbolá confirmó que el ataque apuntó a un alto mando sin revelar su identidad ni el resultado inmediato de la operación. En declaraciones frente al edificio dañado, el dirigente del movimiento Mahmud Qmati afirmó que el bombardeo se dirigió contra una figura de alto nivel dentro de la organización y señaló que los efectos directos quedaban pendientes de verificación en ese momento. Qmati sostuvo que la acción israelí introdujo un nivel de escalada que su organización no admite.
La Presidencia libanesa consideró que la agresión evidenció el rechazo de Israel a la aplicación de las resoluciones internacionales y a los esfuerzos destinados a frenar la escalada. En consecuencia, reclamó a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad e intervenga con firmeza y seriedad para detener los ataques contra el país y su población. El pronunciamiento se emitió horas después del bombardeo en los suburbios meridionales de la capital.
Medios y agencias presentes en el lugar del impacto describieron daños concentrados en plantas intermedias del edificio y un despliegue de efectivos del ejército libanés para asegurar el perímetro. De forma simultánea, el servicio de ambulancias atendió a heridos y coordinó traslados a centros hospitalarios cercanos.

Israel enmarcó la operación en su campaña para impedir el rearme y la reconstrucción de capacidades militares de Hezbolá. Tras la explosión, el mando político señaló a Tabatabai como responsable del refuerzo de la capacidad de combate del grupo y de su abastecimiento. Añadió que la acción se decidió en el nivel superior del gobierno y de las fuerzas armadas.
La identidad y la trayectoria del señalado como objetivo del ataque figuran desde hace años en publicaciones oficiales de Estados Unidos. El programa Recompensas por la Justicia del Departamento de Estado ofrece hasta cinco millones de dólares por información sobre Haytham Ali Tabatabai, también conocido como Abu Ali Tabatabai, a quien describe como dirigente militar de Hezbolá con funciones de mando sobre fuerzas especiales en Siria y Yemen. El 26 de octubre de 2016, Washington lo designó como “Terrorista Global Especialmente Designado” al amparo del Decreto Ejecutivo 13224.
Fuentes periodísticas ubicaron la explosión en Haret Hreik, dentro de Dahiyeh, conjunto de suburbios del sur de Beirut. En esa zona se concentran instalaciones, sedes y cuadros de Hezbolá, además de viviendas y comercios. La descripción de los daños incluyó ventanas rotas, vehículos calcinados y escombros sobre la calzada principal, mientras los servicios de emergencia acordonaron accesos y ordenaron la evacuación de los residentes del inmueble afectado.
Portavoces israelíes añadieron que el ataque en Beirut formó parte de un incremento de operaciones en territorio libanés por supuestas vulneraciones del alto el fuego. Indicaron también que las fuerzas armadas continuarían operando para evitar amenazas contra las localidades del norte de Israel. En los meses previos, los bombardeos israelíes se concentraron sobre todo en el sur del Líbano y, en menor medida, en el valle de la Bekaa, con episodios puntuales en la capital.

El Ministerio de Salud libanés explicó que el primer balance —una víctima mortal y 21 heridos— reflejaba la información disponible en las primeras horas tras el bombardeo y que, después del recuento hospitalario, el total subió a cinco muertos y 28 heridos. Entre los lesionados se registraron varias mujeres, según los partes difundidos a lo largo del día. Las actualizaciones oficiales reflejaron la evolución del conteo.
La cronología de la jornada incluyó, en primer lugar, la explosión en Haret Hreik; en segundo término, la reivindicación israelí de haber atacado al jefe del Estado Mayor de Hezbolá y la difusión de imágenes del impacto; posteriormente, el pronunciamiento de Mahmud Qmati, con la confirmación de que el objetivo fue un alto mando y la calificación de la acción como un nivel de escalada no admitido; y, por último, el llamamiento del presidente Aoun a la comunidad internacional para frenar los bombardeos en territorio libanés.
La oficina del primer ministro de Israel integró el ataque de Beirut en una secuencia de operaciones recientes que, según afirmó, buscan impedir la reconstrucción de la capacidad militar de Hezbolá tras un año de alto el fuego. La misma comunicación indicó que la decisión se ajustó a los objetivos declarados por el gobierno para impedir cualquier amenaza dentro del territorio libanés.
En el plano interno, la respuesta institucional del Líbano se manifestó en dos líneas: la intervención de los servicios públicos de emergencia y del ejército para asegurar el área afectada, y la declaración de la Presidencia que pidió actuar con urgencia para detener las incursiones israelíes. El comunicado presidencial reiteró el llamado a aplicar las resoluciones internacionales y a sostener los esfuerzos que buscan restablecer la estabilidad en la frontera y en el conjunto del territorio.
Al cierre de la jornada, la cobertura informativa registró la última actualización de víctimas —cinco muertos y 28 heridos—, el señalamiento de Israel sobre la identidad del objetivo y la confirmación de Hezbolá de que la operación buscó eliminar a uno de sus máximos mandos. La ficha oficial estadounidense de Haytham Ali Tabatabai continuó vigente con una recompensa de hasta cinco millones de dólares y su clasificación como objetivo prioritario en ese programa.
