El portavoz de Hezbolá, Mohammed Afif, ha declarado que el grupo terrorista no ha recibido ninguna propuesta oficial de alto el fuego, subrayando además que dispone de suficientes armas y suministros para mantener una guerra prolongada contra Israel.
Según Afif, las fuerzas israelíes no han conseguido mantener el control sobre el territorio, incluso después de seis semanas desde su invasión terrestre, destacando lo que él describió como un intento fallido de Israel de penetrar la ciudad sureña de Khiam la semana pasada.
Afif sostuvo que “mientras no puedas controlar áreas sobre el terreno no lograrás tus objetivos políticos”, refiriéndose a la incapacidad de Israel para consolidar su dominio en las áreas disputadas.
A pesar de las declaraciones de Hezbolá, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han logrado capturar varios pueblos cercanos a la frontera durante su ofensiva terrestre en el sur del Líbano. The Times of Israel ha tenido acceso a varios de estos pueblos bajo protección de las FDI.
Israel ha afirmado que no tiene intención de ocupar por largo tiempo las aldeas libanesas, ni de avanzar más allá en territorio libanés. La ofensiva terrestre de las FDI tiene como objetivo destruir la infraestructura de Hezbolá en las aldeas fronterizas para neutralizar la amenaza de una posible invasión por parte del grupo terrorista.
Una vez que las FDI limpian las aldeas de los activos de Hezbolá, las tropas se retiran rápidamente, según las fuentes israelíes.
Afif también ha desmentido las afirmaciones de las autoridades israelíes que indican que Hezbolá ha perdido gran parte de su capacidad de misiles. Señaló que el grupo continúa lanzando docenas de cohetes al día, apuntando principalmente al centro de Israel.
la guerra con Hezbolá se intensificó tras el ataque de Hamás desde Gaza el 7 de octubre de 2023, lo que desencadenó la guerra. Hezbolá comenzó a lanzar cohetes, misiles y drones hacia Israel, lo que provocó ataques de represalia de inmediato.
La guerra total con Hezbolá estalló en septiembre, cuando Israel ejecutó una serie de ataques aéreos masivos, matando al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y a la mayoría de sus principales comandantes.
El objetivo de Israel es alejar a Hezbolá de la frontera para permitir el regreso seguro de los miles de israelíes evacuados de sus hogares en el norte del país.