Un oficial de Hezbolá dijo el miércoles que la recompensa multimillonaria ofrecida por el gobierno de Trump a cambio de información que conduce al arresto de dos altos miembros del grupo es parte de los esfuerzos estadounidenses en curso para “demonizar” a Hezbolá.
Las nuevas medidas estadounidenses, incluyendo las sanciones recientes, no afectarán las actividades operacionales de Hezbolá, dijo el oficial a The Associated Press.
El martes, la Oficina de Contraterrorismo del Departamento de Estado dijo que daría $ 7 millones y $ 5 millones, respectivamente, por información que condujera a la captura de Talal Hamiyah y Fuad Shuk.
Hamiyah es el jefe de la Organización de Seguridad Externa de la organización, su “elemento responsable de la planificación, coordinación y ejecución de ataques terroristas fuera de Líbano”, dijo el Departamento de Estado.
Shukr es un agente de alto rango que desempeñó un papel central en la planificación y realización del atentado de 1983 contra un cuartel del Cuerpo de Infantería de Marina de los EE. UU. En Beirut que mató a 241 miembros del personal estadounidense.
Nicholas J. Rasmussen, director del Centro Nacional de Contraterrorismo, dijo antes de anunciar la recompensa, que Estados Unidos cree que Hezbolá está decidido a darse una opción para llevar a cabo ataques dentro de los Estados Unidos.
“Es nuestra evaluación que Hezbolá está decidido a darse una opción potencial en nuestra patria como un componente crítico de su agenda terrorista”, dijo Rasmussen durante una reunión informativa, agregando que antes de los ataques del 11 de septiembre, 2001 Hezbolá era responsable de más muertes americanas que cualquier otro grupo terrorista extranjero.
Las recompensas son las primeras ofrecidas por los Estados Unidos por los líderes de Hezbolá en una década. Hezbolá está en la lista negra como organización terrorista en los Estados Unidos, que regularmente sanciona a los miembros del grupo.
El oficial de Hezbolá desestimó las acusaciones contra los dos miembros por quienes se les ofrecieron recompensas, diciendo a AP que Estados Unidos es “el último estado” que podría designar a personas en listas de terroristas, acusándolo de apoyar organizaciones terroristas, así como Estados y regímenes patrocinadores “que tienen una larga historia en financiamiento y apoyo al terrorismo”.
“Es parte de los continuos esfuerzos para demonizar a Hezbolá, son acusaciones falsas que no tendrán ningún efecto en las actividades operacionales de Hezbolá”, dijo el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato, de acuerdo con las regulaciones del partido.
Washington ha impuesto en el pasado sanciones al líder del grupo, Hassan Nasrallah y a otros dos miembros de la organización, por su presunto papel en ayudar al gobierno sirio en su represión contra las fuerzas de la oposición.
En mayo, Arabia Saudita y Estados Unidos colocaron en la lista negra a Hashem Safieddine, presidente del consejo ejecutivo de Hezbolá, que supervisa las actividades sociales y económicas del grupo.