Los islamistas hutíes de Yemen, respaldados por Irán, advirtieron que atacarán cualquier embarcación israelí que transite por las aguas de Oriente Medio. Esta amenaza surge tras la interrupción del flujo de ayuda humanitaria a Gaza y la negativa de Israel a negociar una nueva fase del alto el fuego.
El grupo, que ya ha dirigido ataques contra embarcaciones sin conexión directa con Israel, señaló como posibles objetivos el mar Rojo, el Golfo de Adén, el estrecho de Bab el-Mandeb y el mar Arábigo. Desde enero, los ataques se mantenían en pausa tras un acuerdo de liberación de rehenes y una tregua temporal en Gaza.
La Fuerza Aérea israelí ha elevado su nivel de alerta ante el riesgo de que los hutíes reanuden ofensivas con misiles balísticos y drones contra el país. Sin embargo, hasta el momento no se han emitido nuevas directrices para la población civil ni se han registrado ataques contra embarcaciones.
La amenaza fue emitida por el Centro de Coordinación de Operaciones Humanitarias de los hutíes, que justificó su postura como un acto de “responsabilidad religiosa, humanitaria y moral” hacia los palestinos en Gaza. No se mencionó directamente a la Armada de Estados Unidos, cuya 5ª Flota, con base en Bahréin, patrulla la región.
El portaaviones USS Harry S. Truman y su grupo de combate operan actualmente en el mar Rojo. Funcionarios militares estadounidenses afirmaron que sus fuerzas permanecen en alerta y que están dispuestas a responder cualquier amenaza contra su personal, activos o aliados.
Durante su campaña anterior, los hutíes atacaron repetidamente buques de guerra de Estados Unidos y otras naciones occidentales, provocando enfrentamientos de gran escala. En respuesta, una coalición liderada por Estados Unidos y el Reino Unido llevó a cabo represalias contra posiciones hutíes en Yemen.
Los hutíes iniciaron sus ataques en noviembre de 2023, un mes después de que Hamás, también respaldado por Irán, perpetrara una incursión en el sur de Israel que dejó 1.200 muertos y 251 rehenes, desencadenando la guerra en Gaza. Desde entonces, los rebeldes han lanzado al menos 40 misiles balísticos y múltiples drones contra Israel, uno de los cuales mató a un civil en Tel Aviv en julio.
Los insurgentes también atacaron embarcaciones israelíes y de otros países, afectando las rutas marítimas globales y hundiendo dos buques mercantes, lo que dejó un saldo de cuatro marineros muertos. La campaña ha elevado la visibilidad de los hutíes, quienes enfrentan problemas económicos y han reprimido la disidencia interna en medio de la guerra estancado en Yemen.
La guerra civil en Yemen, que lleva una década, dejó a los hutíes en control de la capital, Saná, y de gran parte de la costa occidental del país, mientras que el gobierno respaldado por Arabia Saudita mantiene el control de otras regiones.
El alto el fuego en Gaza expiró el 2 de marzo, momento en que Israel detuvo la ayuda humanitaria al enclave, argumentando la negativa de Hamás a extender la tregua. En respuesta, Abdulmalik al-Hutí, líder del movimiento rebelde, lanzó una última advertencia: si la ayuda no se restablecía, los ataques contra Israel se reanudarían. El plazo dado por los hutíes expiró el martes.