Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, explicó en un discurso televisado que el grupo terrorista postergó su represalia por el asesinato de su comandante militar Fuad Shukr, ocurrido el 30 de julio, debido a la presencia militar israelí y estadounidense en la región.
Durante su intervención, Nasrallah destacó que el retraso también estaba vinculado al ataque preventivo que Israel lanzó contra Hezbolá, respaldado por Irán, mientras el grupo planeaba ejecutar un ataque masivo la mañana del domingo. Añadió que el aplazamiento funcionó como un castigo para Israel, ya que mantuvo al país en estado de alerta durante casi un mes.
Nasrallah señaló que Hezbolá estaba a la espera de los resultados de las actuales negociaciones de tregua entre Hamás e Israel. El grupo también necesitaba evaluar si el “eje de la Resistencia”, conformado por Irán y sus aliados regionales, respondería de manera conjunta o por separado.
El líder de Hezbolá resaltó que el grupo ha cumplido su promesa de tomar represalias por la “agresión” israelí, específicamente en el suburbio de Dahia, en Beirut, donde fue asesinado Shukr, considerado un bastión del grupo.
Finalmente, Nasrallah mencionó que la represalia fue llevada a cabo durante Arbaeen, una importante conmemoración chií en honor al martirio de Hussain ibn Ali, el tercer imán chií.