Según un informe de Al-Akhbar, el medio de comunicación libanés, el lugar donde fue asesinado el dirigente de Hamás, Saleh Al-Arouri, en Beirut, resultó ser una conocida oficina de Hamás que el grupo terrorista había abandonado tras su ataque del 7 de octubre contra Israel.
El informe sostiene que el edificio de apartamentos, donde se produjo el atentado, permaneció desocupado por funcionarios de Hamás desde esa fecha hasta el martes, cuando Arouri regresó tras un periodo de viaje por Qatar y Turquía. Fue entonces cuando se convirtió en víctima de un supuesto ataque israelí.
La investigación sobre el ataque revela el uso de misiles relativamente pequeños, pero cargados con “materiales altamente explosivos”. Estos proyectiles “no eran del tipo utilizado para demoler el edificio, sino para matar a quienes se encontraban en él”.