En el sur de Gaza, en la ciudad de Jan Yunis, los terroristas palestinos se entrenaron esta semana para la próxima guerra contra Israel. Y en el control de los paquetes postales destinados a la Franja de Gaza, se confiscaron más de 1.000 artículos, aptos para el terrorismo.
Cualquiera que piense que la guerra contra Hamás del mes pasado no se repetirá está incurriendo en una ilusión. Los funcionarios israelíes señalan que mientras Gaza siga siendo un refugio para algunas de las organizaciones terroristas más violentas del mundo, nunca conocerá la paz.
El personal de la Administración Civil (COGAT), que trabaja en la inspección del correo en el paso fronterizo de Betunia, ha frustrado en los últimos meses más de 1.000 intentos de contrabando de paquetes postales que contenían mercancías que (aunque no son armas), son de doble uso (pacífico y para el terrorismo), y que estaban destinadas a la Franja de Gaza para ser utilizadas por organizaciones terroristas.
Entre los equipos incautados y decomisados había drones, radios, inhibidores de frecuencia y dispositivos de escucha.
El equipo se descubrió en la instalación de inspección del paso fronterizo de Betunia, que se puso en funcionamiento hace aproximadamente un año y sirve de puesto de control exclusivo para el transporte de correo entre Israel, Judea y Samaria, la Franja de Gaza y el extranjero.
El jefe de la administración civil, el general de brigada Fares Atila, declaró: “Nos tomamos muy en serio cualquier intento de abusar del medio civil del reparto de correo para entregar artículos de doble uso que puedan perjudicar la seguridad del Estado de Israel y de sus ciudadanos”.
Tras la reciente guerra con Hamás, el ministro de Defensa Benny Gantz se refirió al peligro del contrabando de artículos de doble uso en la Franja de Gaza. Los envíos de ayuda humanitaria pueden incluir bienes que pueden tener funciones tanto civiles como militares.
“No soy ingenuo; parte del material que dejemos entrar irá a parar a Hamás”, dijo Gantz en una reunión informativa. A fin de cuentas, es complicado. Se necesita cemento para construir, y parte de él se destina a los túneles terroristas”, dijo Gantz, quien admitió que sería imposible impedir por completo que Hamás confiscara parte del material de reconstrucción y lo destinara a usos militares.