El dirigente adjunto de Hamás, Saleh al-Arouri, afirma que Hamás no ataca a civiles “como política” y que su ataque del sábado solo iba dirigido contra la División de Gaza de las FDI estacionada a lo largo de la frontera, a pesar de las abrumadoras pruebas, imágenes y testimonios de que sus terroristas atacaban y masacraban sistemáticamente a civiles.
“Sabíamos que había planes [israelíes] para lanzar un ataque masivo contra nosotros después de las fiestas [judías]”, afirma al-Arouri, según un informe del medio de noticias pro Hamás Shehab. “Nos adelantamos sorprendiendo a los comandantes del Mando Sur”, que incluye la División de Gaza.
El líder del grupo terrorista no aportó pruebas de que Israel hubiera planeado atacar Gaza.
“El ejército se derrumbó en menos de tres horas, más rápido de lo que esperábamos. Solo 1.200 miembros de las brigadas Izz al-Din al-Qassam entraron en los campos enemigos”, afirma, en referencia al ala militar de Hamás. Israel ha dicho que sus fuerzas han matado a 1.500 terroristas en territorio israelí.
Al-Arouri reitera que las negociaciones para el canje de prisioneros solo tendrán lugar tras el final de la batalla, y añade que, mientras tanto, el grupo terrorista ha ideado un plan defensivo “mucho más fuerte” que el ofensivo, y que está preparado para responder a cualquier acción que emprenda Israel.
“Luchamos para que el mundo reconozca el derecho de nuestro pueblo a vivir como los demás pueblos”, prosigue el líder terrorista.
“¿Cómo puede ser correcto que un soldado lleve el uniforme del ejército israelí y luego resulte que tiene la ciudadanía estadounidense o francesa?”, se pregunta.
En cuanto a la posible ampliación de los combates a otros frentes —principalmente el grupo terrorista Hezbolá, aliado de Hamás—, al-Arouri afirma que “todas las posibilidades están abiertas al 100 %”.