Tres personas fueron asesinadas y otros seis sufrieron heridas, dos de ellas graves, en un ataque terrorista en Jerusalén.
Las víctimas mortales fueron identificadas como Livia Dickman, de 24 años, Elimelech Wasserman, juez rabínico de 73 años de Ashdod, y Hannah Ifergan, aproximadamente de 60 años.
El ataque tuvo lugar el jueves por la mañana en la calle Weizman, cerca de una parada de autobús en la entrada principal de la capital. Según informes policiales, dos terroristas palestinos, los hermanos Murad e Ibrahim Nemer de Sur Baher, en el este de Jerusalén, emergieron de un vehículo y dispararon contra los transeúntes. Ambos atacantes, asociados a Hamás y con antecedentes penales por actividades terroristas, fueron neutralizados por dos soldados fuera de servicio y un civil armado.
En el vehículo de los islamistas palestinos se hallaron un fusil de asalto M-16, una pistola y una cantidad considerable de munición. La policía procedió a inspeccionar la zona para descartar la presencia de más atacantes. El servicio de ambulancias Magen David Adom confirmó el fallecimiento de una mujer en el lugar y el traslado de ocho personas a hospitales de Jerusalén. Dos de los heridos, un anciano y una mujer, fallecieron posteriormente en el hospital.
Hamás asumió la responsabilidad del atentado, describiendo a los hermanos Nemer como “mártires de la yihad”. La policía efectuó un allanamiento en la residencia de los atacantes y detuvo a seis familiares, incluyendo a sus padres, para interrogarlos sobre su posible vinculación o conocimiento del atentado.
Este ataque ocurre un año después de otro atentado mortal en la misma parada de autobús. Adicionalmente, ese mismo jueves, dos soldados reservistas resultaron levemente heridos en un ataque con coche bomba en el norte del valle del Jordán. Las Fuerzas de Defensa de Israel respondieron abatiendo al presunto agresor.
Estos incidentes se producen en medio de un frágil alto el fuego entre Israel y Hamás, vigente por sexto día, tras una escalada de violencia que incluyó el ingreso de unos 3.000 terroristas en Israel, liderados por Hamás, con un saldo de al menos 1.200 muertos y 240 rehenes capturados. Las FDI continúan operativos en Judea y Samaria y la policía mantiene una alerta máxima en Israel, ante la posibilidad de más violencia tras la liberación de prisioneros palestinos a cambio de rehenes israelíes.