El bombardero B-2 Spirit usó por primera vez en combate la bomba MOP desde Diego García contra blancos hutíes en Yemen en 2025.
Estados Unidos desplegó seis B-2 en la isla en medio de tensiones regionales
Durante los meses de marzo y abril de 2025, seis bombarderos B-2 Spirit fueron enviados a la base de Diego García, ubicada en el océano Índico. Desde esa localización, ejecutaron ataques contra infraestructura hutí en Yemen, marcando la primera vez que se utilizó en combate la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP), una bomba de 30,000 libras diseñada para destruir objetivos fortificados y subterrráneos. Este despliegue representó el 30% de la flota activa de bombarderos B-2 y fue interpretado como una señal estratégica hacia Irán en un contexto de tensiones por su programa nuclear y el respaldo a grupos aliados.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos opera actualmente 19 B-2 Spirit. Esta cifra se redujo luego de la pérdida de un avión en 2008 y la decisión de retirar otro en 2025 tras un incidente en 2022 en la base de Whiteman, Missouri. Cada B-2, fabricado por Northrop Grumman en colaboración con Boeing, Hughes y Vought, tiene un costo promedio de 737 millones de dólares (1997), mientras que su costo total, incluyendo desarrollo y mantenimiento, supera los 2,100 millones por unidad.
El bombardero puede transportar hasta 40,000 libras de armamento, incluyendo 80 bombas guiadas JDAM de 500 libras o 16 bombas nucleares B83 de 2,400 libras. Tiene un alcance de 6,000 millas náuticas sin reabastecimiento, ampliable a más de 10,000 con reabastecimiento aéreo, lo que le permite operar desde Whiteman, Diego García o Guam.
Concebido durante la administración Carter bajo el programa Advanced Technology Bomber (ATB), el B-2 fue creado para reemplazar al B-1A y burlar defensas soviéticas en la Guerra Fría. La producción comenzó en 1987 y finalizó en 2000, con un total de 21 unidades tras recortes presupuestarios y oposición en el Congreso. El diseño de ala volante se basó en conceptos de Jack Northrop de los años 40 y emplea materiales absorbentes de radar y formas curvas para reducir su sección radar. Estas tecnologías fueron validadas previamente en el programa Tacit Blue en Area 51.
Datos clave del B-2 Spirit y su despliegue en 2025
- Se desplegaron seis B-2 en Diego García, lo que equivale al 30% de la flota.
- Por primera vez usaron en combate la bomba GBU-57 MOP de 30,000 libras.
- Su alcance puede superar las 10,000 millas náuticas con reabastecimiento.
- Cada unidad supera los 2,100 millones de dólares, incluyendo desarrollo.
- Puede cargar hasta 40,000 libras de armamento convencional o nuclear.
- Fue diseñado para evadir defensas soviéticas durante la Guerra Fría.
Historial operacional y capacidades en combate convencional
En su historia operativa, el B-2 ha intervenido en Kosovo (1999), Afganistán (2001) e Irak (2003). En Kosovo, destruyó el 33% de los objetivos serbios en ocho semanas. En 2023, un B-2 aterrizó por primera vez en Europa continental, en Noruega, para ejercicios conjuntos. Su capacidad para llevar la MOP, una bomba exclusiva del modelo, lo convierte en la única aeronave capaz de atacar instalaciones subterrráneas fortificadas como las vinculadas a programas nucleares de Irán o Corea del Norte. Los ataques de abril de 2025 contra infraestructura hutí en Yemen confirmaron esta capacidad.
La flota ha enfrentado incidentes graves. En 2008, el “Spirit of Kansas” se estrelló tras despegar de la base Andersen, en Guam, por un fallo en los sensores relacionado con humedad, provocando una pérdida de 1,400 millones de dólares. En 2022, otro B-2 sufrió un incendio tras un aterrizaje de emergencia en Whiteman, y fue retirado por daños irreparables. El mantenimiento del revestimiento furtivo es complejo: reportes de 1997 indicaban que se requerían seis días de mantenimiento por cada día de vuelo.
El despliegue de 2025 incluyó apoyo logístico con aviones cisterna KC-135 y transportes C-17. La base de Diego García, situada a 3,795 kilómetros de Irán y fuera del alcance de misiles iraníes, fue clave. Imágenes satelitales de Planet Labs confirmaron la presencia de seis B-2 y hangares especializados B2SS para su protección. Aunque no hubo anuncio oficial, entusiastas de la aviación identificaron el movimiento mediante datos de vuelos y comunicaciones aéreas. Uno de los B-2, llamado Pitch 13, realizó un aterrizaje de emergencia en la base Hickam, en Hawái, durante el tránsito.
Perspectivas futuras del B-2 ante la llegada del B-21 Raider
El B-21 Raider, también desarrollado por Northrop Grumman, comenzará a reemplazar al B-2 a finales de la década. Se espera que ofrezca mejoras en sigilo y costos operativos, con un precio estimado en un tercio del B-2. Mientras tanto, los B-2 restantes continuarán siendo esenciales para la estrategia de bombarderos, junto con los B-52 y B-1B. Su capacidad para ejecutar misiones desde Diego García, como las de Yemen, refuerza su papel como medio de proyección de poder.
El desarrollo del B-2 incorporó avances en dinámica de fluidos computacional y tecnologías de baja observabilidad surgidas en los años 70. Proyectos como Have Blue y Tacit Blue sirvieron de base para un diseño que utiliza curvas para desviar ondas de radar, a diferencia de las superficies planas del F-117. Sin embargo, algunos análisis indican que podría ser detectado por sistemas de seguimiento infrarrojo debido al calor generado por fricción, aunque el diseño busca mitigar estas emisiones.
Desde su entrada en servicio en 1997, el B-2 ha mostrado una disponibilidad del 90% en sus tres primeros años. Su cabina cuenta con instrumentación electrónica de nueve pantallas a color, y una tripulación de dos personas gestiona operaciones complejas. Su sistema de control de vuelo, sin estabilizadores verticales, utiliza flaps en el borde trasero del ala y software para mantener la estabilidad.
El programa también ha enfrentado controversias. En 2005, el ingeniero Noshir Gowadia fue condenado a 32 años por vender información del sistema de propulsión del B-2 a China. Además, su alto costo generó debates en el Congreso, especialmente tras la caída de la URSS. Aun así, en 1996 se invirtieron 500 millones de dólares en convertir un prototipo en aeronave operativa, lo que mostró el compromiso con su continuidad.
El B-2 Spirit continúa siendo un referente tecnológico y una pieza clave de la estrategia militar de Estados Unidos hasta la llegada del B-21 Raider.