Un equipo de astrónomos confirmó el hallazgo de un objeto interestelar que atraviesa el Sistema Solar, el tercero de su tipo detectado hasta ahora. Aunque los científicos sospechan que muchos otros podrían pasar inadvertidos, este visitante, denominado 3I/Atlas, destaca por su tamaño y características.
El objeto, clasificado como un cometa o bola de nieve cósmica, presenta una apariencia difusa. Peter Veres, astrónomo del Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional, explicó a la AFP que “se observa algo de gas a su alrededor” y que algunos telescopios detectaron una cola corta. Este cuerpo celeste, el más grande de los intrusos interestelares identificados, no representa peligro para la Tierra.
Richard Moissl, jefe de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea, aseguró que el objeto pasará dentro de la órbita de Marte sin colisionar con el planeta. Inicialmente identificado como A11pl3Z, los cálculos preliminares indican que se desplaza a una velocidad superior a 60 kilómetros por segundo, lo que confirma su origen fuera del Sistema Solar.
La trayectoria de 3I/Atlas revela que no orbita el Sol, sino que proviene del espacio interestelar y regresará a él. Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, señaló que estos objetos probablemente se forman en sistemas estelares y se liberan tras interacciones gravitacionales con otras estrellas. “Este simplemente cruza nuestro camino”, afirmó.
El descubrimiento ocurrió el martes en un observatorio en Chile, parte del proyecto ATLAS financiado por la NASA. Astrónomos profesionales y aficionados analizaron datos de telescopios previos, rastreando el objeto hasta el 14 de junio. Moissl estimó que mide entre 10 y 20 kilómetros de ancho, aunque podría ser más pequeño si está compuesto de hielo.
A medida que se acerque al Sol, 3I/Atlas brillará con mayor intensidad y experimentará una leve curvatura en su trayectoria por la gravedad solar. Los científicos esperan que alcance su punto más cercano, el perihelio, el 29 de octubre, para luego abandonar el Sistema Solar en los próximos años.
Este hallazgo marca la tercera detección de un objeto interestelar en nuestro sistema. El primero, Oumuamua, descubierto en 2017, generó especulaciones sobre un posible origen artificial, hipótesis descartada por investigaciones posteriores. El segundo, 2I/Borisov, apareció en 2019. A diferencia de Oumuamua, no hay indicios de que 3I/Atlas tenga un origen no natural.
Mark Norris, astrónomo de la Universidad de Central Lancashire, destacó que este objeto se mueve más rápido que los dos anteriores. Actualmente, se encuentra a una distancia similar a la de Júpiter desde la Tierra. Norris añadió que los modelos sugieren la presencia de hasta 10.000 objetos interestelares en el Sistema Solar en cualquier momento, aunque la mayoría serían más pequeños.
El Observatorio Vera C. Rubin, recientemente operativo en Chile, podría detectar estos objetos con mayor frecuencia, según Norris. Aunque no es viable enviar una misión para interceptar 3I/Atlas, su estudio ofrece una oportunidad única para analizar material proveniente de otros sistemas estelares.
La posible detección de compuestos como aminoácidos en estos objetos podría reforzar la hipótesis de que las condiciones para la vida existen en otros sistemas estelares, explicó Norris. Científicos de todo el mundo trabajan ahora para determinar la forma, composición y rotación de este fascinante visitante cósmico.