Ucrania derriba Su-34 rusos con tecnología occidental, lo que afecta su reputación como bombardero táctico avanzado.
Su-34 ruso enfrenta pérdidas significativas en Ucrania
El Sukhoi Su-34, un bombardero táctico de cuarta generación plus, ha sufrido pérdidas significativas desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022. Hasta el 16 de febrero de 2025, se confirmaron visualmente 36 Su-34 y un Su-34M perdidos, dañados o abandonados por las fuerzas rusas. De estos, 29 fueron destruidos en combate, cuatro en incidentes no relacionados con combate y cuatro resultaron dañados. Los primeros derribos ocurrieron días después del inicio de la guerra, con un Su-34 abatido cerca del aeródromo de Buzova el 28 de febrero de 2022, seguido por otro el 1 de marzo cerca de Borodyanka, en la región de Kiev, y un tercero el 5 de marzo en Hrabivka, Chernígov.
En diciembre de 2022, fuentes ucranianas reportaron el derribo de tres Su-34 en el sur de Ucrania mediante misiles tierra-aire, con al menos una pérdida confirmada por el canal ruso Fighterbomber, asociado a las Fuerzas Aeroespaciales Rusas. El 30 de enero de 2024, Ucrania afirmó que había derribado otro Su-34 sobre la región de Luhansk. Más recientemente, el 27 de junio de 2025, las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania y el Servicio de Seguridad (SBU) atacaron el aeródromo de Marinovka en la región de Volgograd, donde destruyeron dos Su-34 y causaron daños a otros dos mediante drones. Este ataque fue confirmado por el canal Fighterbomber, que informó pérdidas económicas elevadas.
El Su-34, fabricado para misiones de bombardeo táctico, interdicción y reconocimiento aéreo, entró en servicio en 2014 tras un desarrollo que comenzó en los años ochenta. Con un peso máximo de despegue de 45.1 toneladas, dos motores AL-31F-M1, una velocidad máxima de 1,900 km/h y un alcance de 4,500 km mediante reabastecimiento en vuelo, el Su-34 forma parte de la aviación rusa. No obstante, su efectividad ha disminuido debido a las defensas antiaéreas ucranianas, especialmente desde la incorporación de sistemas occidentales.
Los sistemas de defensa antiaérea como el MIM-104 Patriot de fabricación estadounidense desempeñaron un papel fundamental en los derribos de Su-34. Ucrania llevó a cabo ataques sorpresa en regiones ocupadas como Kherson y Mariupol, mediante el uso de misiles Patriot de largo alcance para causar pérdidas considerables. Estos sistemas permitieron a Ucrania reducir la cantidad de Su-34, cuya flota inicial rondaba las 140 unidades antes de la guerra.
Datos clave sobre las pérdidas del Su-34
- 36 Su-34 confirmados perdidos o dañados hasta febrero de 2025, según Oryx.
- 29 derribados en combate, principalmente mediante misiles Patriot y otros sistemas occidentales.
- El ataque en Marinovka (junio 2025) destruyó dos Su-34 y dejó otros dos dañados.
- Flota inicial de 140 Su-34 reducida en aproximadamente un 26%.
- Costo estimado por unidad: $50 millones.
Impacto de la tecnología occidental en el declive del Su-34
La introducción de tecnología occidental ha modificado el entorno de combate aéreo en Ucrania. Además de los misiles Patriot, Ucrania incorporó cazas F-16 suministrados por países de la OTAN, como los Países Bajos y Dinamarca, desde marzo de 2025. Aunque no existe confirmación oficial de que un F-16 haya derribado un Su-34, reportes del 13 de octubre de 2024 indican que uno de estos cazas lo habría hecho. Los F-16, al contar con capacidades superiores a las de los aviones soviéticos de Ucrania, ejercen mayor presión sobre las operaciones aéreas rusas.
El Su-34, aunque posee sistemas de navegación avanzados, radar moderno y una suite de autodefensa, presenta vulnerabilidades frente a las defensas antiaéreas ucranianas. Su radar, con capacidad para detectar objetivos a 120 km, resulta superado por los radares de aviones occidentales como el F-35 o el F-22, que alcanzan hasta 643 km. Además, la carencia de entrenamiento suficiente entre las tripulaciones rusas en el uso de municiones guiadas de precisión ha obligado a los Su-34 a volar a baja altitud para mejorar la precisión de sus bombas no guiadas, lo que los ha dejado expuestos a los misiles ucranianos.
Los Su-34 se han empleado como principales vectores rusos para realizar ataques con misiles y bombas contra posiciones ucranianas. Sin embargo, su uso de bombas no guiadas y la falta de pods de designación láser avanzados, como los presentes en aviones occidentales, limitan su capacidad para ejecutar ataques desde altitudes elevadas. Esta limitación tecnológica, junto con la doctrina rusa que asigna a los aviones funciones equivalentes a las de artillería aérea, ha derivado en pérdidas importantes.
En un incidente registrado el 17 de octubre de 2022, un Su-34 se estrelló en un complejo residencial en Yeysk, Rusia, durante un vuelo de entrenamiento. El siniestro provocó 15 muertes y 19 heridos. El ministerio de Defensa ruso atribuyó el accidente a un incendio en el motor durante la fase de despegue, y ambos pilotos se eyectaron a tiempo. Este suceso, junto con otros incidentes ajenos al combate, como un intento de sabotaje en el aeródromo de Chelyabinsk el 4 de enero de 2024, ha deteriorado la percepción de fiabilidad del Su-34.
Producción rusa de Su-34 ante sanciones y pérdidas
Pese a las pérdidas, Rusia incrementó la producción de Su-34 para reemplazar las unidades destruidas. En 2024, la United Aircraft Corporation (UAC) entregó al menos seis Su-34M, y en abril de 2025, Rostec informó que la producción se había duplicado en los dos últimos años, aun con las sanciones internacionales que restringen el acceso a componentes tecnológicos. La fábrica Chkalov en Novosibirsk ha desempeñado un rol central en este esfuerzo, al entregar múltiples lotes de Su-34 en 2024 y 2025.
Las sanciones han impactado la industria aeroespacial rusa, en particular la producción de aviones civiles, pero la priorización de la economía bélica ha facilitado la continuidad de la fabricación de aeronaves militares. Se calcula que Rusia produjo entre 8 y 10 Su-34 anuales en 2022 y 2023, lo cual ha sido suficiente para reponer las pérdidas verificadas. No obstante, el desgaste derivado del uso continuo en combate y la escasez de pilotos capacitados constituyen obstáculos adicionales.
El Su-34, en comparación con aviones occidentales como el F-15E Strike Eagle o el Tornado IDS, ofrece un alcance y velocidad elevados, pero no alcanza la versatilidad ni el nivel tecnológico de sus equivalentes. Su diseño, basado en el Su-27 Flanker, incorpora un cockpit blindado y capacidad para transportar hasta 8 toneladas de armamento, pero la dependencia de sistemas electrónicos de menor capacidad limita su eficacia frente a defensas antiaéreas modernas.
Los ataques ucranianos han dañado instalaciones aéreas rusas. Además del ataque en Marinovka, Ucrania ha empleado drones de largo alcance para alcanzar aeródromos en territorio ruso. Esta capacidad ha forzado a Rusia a modificar el despliegue de sus Su-34, que continúan siendo parte de su fuerza de ataque.
Evolución histórica y rol estratégico del Su-34
El Su-34 realizó su primer vuelo en 1990, pero su incorporación al servicio activo se postergó hasta 2014 debido a problemas financieros y técnicos tras la disolución de la Unión Soviética. Diseñado como reemplazo del Su-24 y eventualmente del Tu-22M, el Su-34 se concibió como un bombardero táctico apto para operar en entornos con amenazas. Su desarrollo incluyó pruebas durante los años noventa, con exhibiciones públicas en el MosAeroshow de 1992, donde se presentaron capacidades como el reabastecimiento en vuelo y maniobras acrobáticas.
Antes de la guerra en Ucrania, los Su-34 acumularon experiencia operativa en Siria desde 2015, donde las tripulaciones adquirieron práctica en el empleo de municiones guiadas. Esta experiencia les otorgó un rol relevante en las misiones de ataque táctico rusas al inicio de la guerra en Ucrania. Sin embargo, la intensidad del combate y el desarrollo de las defensas ucranianas han revelado limitaciones del Su-34, en particular su vulnerabilidad frente a sistemas antiaéreos sofisticados.
En 2023, un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) indicó que la Fuerza Aérea Rusa no ha alcanzado control aéreo sobre Ucrania, carece de suficientes armas guiadas de precisión y ha perdido numerosos activos. La utilización del Su-34 para misiones de bombardeo con bombas de planeo, como aquellas con kits UMPK, ha incrementado su exposición a ataques, ya que estas armas requieren alturas y trayectorias específicas para su uso.
Otros eventos, como la colisión en el aire de dos Su-34 en Lipetsk el 6 de septiembre de 2019 y otro accidente en Khabarovsk el 21 de octubre de 2020, han puesto en evidencia deficiencias en el mantenimiento y entrenamiento dentro de la flota. Estos sucesos, aunque ajenos al combate, han afectado la percepción de confiabilidad del Su-34.