El segundo vuelo del B-21 Raider fortalece la proyección de poder aéreo de EE. UU. con tecnología furtiva avanzada.
B-21 Raider Segundo Vuelo y Equilibrio de Poder
El segundo vuelo de prueba del B-21 Raider ocurrió el 17 de enero de 2024, desde la Base Edwards de la Fuerza Aérea en California. Este bombardero estratégico stealth, desarrollado por Northrop Grumman, está diseñado para penetrar defensas antiaéreas avanzadas. Su capacidad para portar armamento convencional y nuclear refuerza la disuasión estratégica de Estados Unidos. El programa, valorado en $80 mil millones, incluye la producción de al menos 100 unidades. El aumento en el ritmo de pruebas indica un avance hacia la operatividad, prevista para finales de la década de 2020.
La producción del B-21 Raider se lleva a cabo en la Planta 42 de la Fuerza Aérea en Palmdale, California. Actualmente, tres aeronaves de prueba están activas: una efectúa vuelos semanales y las otras se destinan a pruebas terrestres. Se han construido cerca de 40 unidades. El diseño digital ha permitido reducir a la mitad el tiempo necesario para certificar el software.
El B-21 Raider sustituirá a los bombarderos B-1 Lancer y B-2 Spirit, con un diseño de ala voladora que incrementa la capacidad de evasión de radares. Su alcance de 12.000 kilómetros sin reabastecimiento permite ejecutar operaciones globales. La arquitectura de sistemas abiertos facilita la incorporación de nuevas armas, como misiles hipersónicos y el B61-12 nuclear. Esta versatilidad refuerza la capacidad de EE. UU. para responder a amenazas en múltiples teatros, como el Indo-Pacífico y Europa.
La Fuerza Aérea de EE. UU. ha destinado $10.300 millones en el presupuesto de defensa de 2026 para ampliar la producción del B-21. Una inversión adicional de $4.500 millones en 2024 permitió aumentar la producción inicial a baja tasa. La posibilidad de operar en modo pilotado o no tripulado amplía las alternativas tácticas.
Impactos clave del B-21 Raider en la disuasión global
- El B-21 puede penetrar defensas antiaéreas avanzadas gracias a su diseño stealth de sexta generación.
- Su alcance de 12.000 km permite ejecutar ataques contra objetivos globales sin necesidad de utilizar bases avanzadas.
- La producción de 100 a 200 unidades garantiza una flota sólida para operaciones simultáneas.
- La arquitectura abierta admite actualizaciones rápidas, lo que permite responder a amenazas emergentes.
Producción B-21 Raider y Dominio Aéreo Estratégico
Northrop Grumman ha adoptado un ecosistema digital que optimiza la producción del B-21. Antes del primer vuelo en noviembre de 2023, un banco de pruebas volador completó más de 200 salidas y 1.000 horas de vuelo. Este método redujo los riesgos técnicos y permitió acelerar el desarrollo. La producción inicial a baja tasa comenzó en 2024, con un segundo contrato formalizado en el cuarto trimestre. El costo por unidad, estimado en $793 millones ajustados por inflación, se sitúa por debajo del correspondiente al B-2 Spirit.
La Base Ellsworth en Dakota del Sur será la primera en recibir unidades operativas del B-21 a mediados de la década de 2020. Las bases Whiteman en Missouri y Dyess en Texas figuran como las siguientes instalaciones designadas. Estas instalaciones están en proceso de recibir mejoras de infraestructura para albergar la flota. La capacidad del B-21 para participar con aliados en misiones conjuntas refuerza las coaliciones estratégicas, especialmente en regiones con redes antiaéreas complejas.
El programa B-21 integra lecciones del B-2, con avances en materiales stealth y en la reducción de firmas infrarrojas. Su diseño permite ejecutar misiones de ataque de largo alcance y controlar drones, lo que amplía su función como plataforma de mando.
La Fuerza Aérea planea mantener una flota combinada de B-21 y B-52 modernizados. La capacidad del B-21 para realizar misiones nucleares lo convierte en un componente esencial de la tríada nuclear de EE. UU. Su velocidad máxima superior a Mach 0.8 y altitud operativa de 50.000 pies aumentan su eficacia para evitar defensas enemigas.
Capacidades B-21 Raider y Proyección de Poder Global
El B-21 Raider puede transportar una carga útil de 9.100 kg, con misiles de crucero de precisión como el JASSM. Su diseño le permite operar en entornos de alta amenaza, lo que supera las limitaciones de los F-35 en alcance y capacidad de carga. El reabastecimiento aéreo extiende su alcance más allá de los 12.000 km, lo que permite ejecutar ataques sin necesidad de contar con bases cercanas a zonas de conflicto.
El programa ha alcanzado hitos clave, como la revisión crítica de diseño en 2018 y el primer vuelo en 2023. Las pruebas en la Base Edwards abarcan evaluaciones de interferencia electromagnética y verificación de la integridad stealth. La producción representativa de las aeronaves de prueba garantiza una transición fluida hacia la operatividad. Se prevé que dos B-21 estén disponibles en 2026, listos para realizar misiones de combate si resulta necesario.
La inversión en infraestructura digital ha permitido a Northrop Grumman reducir los costos de mantenimiento en comparación con el B-2. La tecnología de “gemelo digital” permite simular sistemas antes de la construcción, lo que minimiza los errores. Este enfoque ha propiciado un avance importante en la producción, con un ritmo que podría superar las 10 unidades anuales en la fase de producción plena.
El despliegue del B-21 en múltiples bases refuerza la capacidad de EE. UU. para proyectar poder en zonas estratégicas. Su interoperabilidad con aliados, como Australia, que ha manifestado interés en adquirir el B-21, amplía su relevancia dentro de las coaliciones. El incremento de la producción y las capacidades avanzadas del B-21 colocan a EE. UU. en una posición favorable para conservar la supremacía aérea frente a adversarios con defensas antiaéreas complejas.