La baja disponibilidad y costo del B-2 impulsan el B-21 Raider como bombardero de penetración, junto al B-52 y retiro de B-1 y B-2.
Limitaciones del B-2 y urgencia del programa B-21 Raider para bombardeo
Las restricciones estructurales y operativas del B-2 Spirit, su disponibilidad limitada y el alto costo de sostenimiento elevaron la urgencia del programa B-21 Raider. La Fuerza Aérea de Estados Unidos lo impulsa como capacidad principal futura de bombardeo de penetración y como reemplazo escalonado de los B-1 y B-2. El servicio reconoce que el B-2 solo alcanzó su objetivo anual de disponibilidad en cuatro de los diez últimos ejercicios fiscales cerrados.
El tamaño exiguo del inventario del B-2 incrementa vulnerabilidades. De los veintiún aparatos fabricados, uno se perdió en 2008 y otro sufrió daños tras un aterrizaje de emergencia el 10 de diciembre de 2022 en Whiteman. Esta secuencia redujo la flota planificada a diecinueve aeronaves. En 2024, el Departamento de Defensa confirmó la retirada del aparato dañado por costo y complejidad, mientras la Fuerza Aérea no incluyó inicialmente esa baja en su solicitud presupuestaria de 2025.
El accidente de Whiteman motivó una pausa de seguridad de toda la flota. La Junta de Investigación de Accidentes determinó en 2025 que un fallo hidráulico provocó el colapso del tren de aterrizaje y el incendio posterior del avión. El Mando de Ataque Global informó que las operaciones de vuelo se reanudaron el 22 de mayo de 2023, una vez completadas las inspecciones correspondientes en la flota, tras la pausa de seguridad.

La trayectoria reciente del B-2 muestra la fragilidad de una capacidad de penetración con inventario reducido y altos requerimientos de mantenimiento. La pausa de vuelo de 2022 y la reducción efectiva de la flota impactaron la generación de salidas. Aunque la Fuerza Aérea preservó disponibilidad para misiones estratégicas durante la inspección, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno registró un descenso de tasas de disponibilidad en la última década en aeronaves del Departamento de Defensa.
Fechas y cifras clave sobre B-2 y B-21 para planificación
- Inventario B-2: 21 fabricados; uno perdido en 2008; flota efectiva reducida a 19.
- Whiteman, 10 de diciembre de 2022: aterrizaje de emergencia y daños mayores.
- Junta de Investigación de Accidentes, 2025: causa identificada, fallo hidráulico y fuego posterior.
- Reanudación de vuelos: 22 de mayo de 2023, tras inspecciones en la flota.
- Mantenimiento temprano reportado por GAO: más de 100 horas por hora de vuelo.
Carga de mantenimiento del B-2 y exigencias de infraestructura especializada
Antes del incidente, la disponibilidad del B-2 estaba tensionada por la carga de mantenimiento asociada a la baja observabilidad y por la sensibilidad del fuselaje a condiciones ambientales. Informes de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno, publicados desde finales de los noventa, documentaron en Whiteman más de cien horas de mantenimiento por cada hora de vuelo. También describieron la necesidad de instalaciones con control ambiental y tiempos de curado prolongados para sellantes y recubrimientos.

Si bien esos datos corresponden a etapas tempranas del ciclo de vida, el requisito de infraestructura especializada se mantiene como factor de planificación del sistema. Los procesos de mantenimiento vinculados a recubrimientos y sellantes requieren instalaciones con control ambiental y tiempos de curado definidos. Estas condiciones fijan ventanas de trabajo y capacidades específicas, sin las cuales la disponibilidad del B-2 se resiente y la programación de tareas se vuelve dependiente de ubicaciones preparadas.
La consecuencia logística es directa. El B-2 puede operar desde ubicaciones avanzadas, pero requiere soluciones específicas para sostener su baja observabilidad. En emplazamientos clave, Estados Unidos ha instalado refugios ambientales para realizar mantenimiento de recubrimientos y sellos, como en despliegues hacia instalaciones remotas del océano Índico. Esta exigencia define tiempos y espacios de mantenimiento y reduce la flexibilidad frente a plataformas con menores requerimientos. El objetivo es preservar recubrimientos y sellantes en condiciones ambientales controladas.
Las modernizaciones aplicadas al B-2 no resolvieron todas las limitaciones. La Modernización del Sistema de Gestión Defensiva se reestructuró con el presupuesto de 2021 y suprimió sensores y antenas previstos para mejorar la alerta de amenazas en entornos densos. El alcance quedó limitado a la actualización de pantallas y procesadores de cabina para corregir obsolescencias. En paralelo, la flota incorporó comunicaciones de frecuencia extremadamente alta y otras actualizaciones puntuales en la flota.
Estado del B-21, costos, flota prevista y rol con el B-52 operativo

Con base en estas limitaciones y en una tasa irregular de cumplimiento de objetivos de disponibilidad, la Fuerza Aérea presenta el B-21 como respuesta del programa. El bombardero incorpora arquitectura de sistemas abierta para facilitar modernizaciones, reducir riesgos de integración y operar como plataforma de penetración en entornos de amenaza avanzada con doble misión convencional y nuclear. La estrategia del servicio fija una flota compuesta por B-21 y B-52, con retirada progresiva de B-1 y B-2.
El programa B-21 se encuentra en fase de pruebas y producción inicial limitada. La Fuerza Aérea ha confirmado que el sistema será la plataforma principal del componente de bombardeo y reemplazará de manera gradual a B-1 y B-2. El diseño y el soporte se basan en un enfoque digital que, según el plan del programa, debe traducirse en operaciones y sostenimiento más previsibles para unidades y centros de mantenimiento del sistema.
En dimensionamiento y costos, el servicio prevé una flota de al menos cien aeronaves y fija como referencia un costo medio de adquisición de $692 millones en moneda base de 2022. La Fuerza Aérea difundió estos parámetros durante la presentación pública del sistema en 2022 y los utiliza para orientar presupuestos y decisiones de infraestructura en las bases designadas del componente de bombardeo del programa en planificación del servicio.
El B-21 mantiene la campaña de ensayos con varios aparatos de prueba y con producción inicial en curso. La Fuerza Aérea informó que el segundo avión de pruebas se incorporó a actividades de vuelo y a evaluación de mantenimiento en Edwards con el objetivo de proporcionar a los equipos de soporte experiencia temprana en herramientas, datos y procesos aplicables a escuadrones operativos. La incorporación del segundo avión ocurrió el 11 de septiembre de 2025.
