El boicot de cuatro Estados al Festival de Eurovisión 2026 por la presencia de Israel introdujo la posibilidad de un ajuste presupuestario para la edición programada en Viena el año próximo, y la emisora pública austriaca ORF afirmó el viernes que el espectáculo mantendría su calidad.
Una sesión celebrada el jueves por las emisoras nacionales que integran la Unión Europea de Radiodifusión autorizó la participación israelí en la competición prevista para mayo del año siguiente, y esa decisión generó diversas reacciones entre los miembros de la organización.
España, Países Bajos, Irlanda y Eslovenia anunciaron su retirada por la guerra en Gaza y colocaron la guerra interno del certamen en una de sus fases más tensas. Islandia, país crítico con Israel que exigió su expulsión, indicó que resolvería su postura definitiva la semana siguiente.
Austria adoptó una posición especialmente favorable a Israel, y el responsable máximo de la ORF, Roland Weissmann, viajó a Israel antes de la reunión del jueves para expresar su respaldo al país en medio de la controversia relacionada con su presencia en el concurso europeo.
“El espectáculo no sufrirá en absoluto”, declaró Weissmann a la radio ORF, y señaló que los Estados retirados conservaban la posibilidad de revertir su salida hasta mediados de diciembre, plazo fijado por la organización para confirmaciones o modificaciones.

España forma parte del grupo de las Cinco Grandes naciones de Eurovisión y aporta una contribución financiera elevada junto a Francia, Alemania, Reino Unido e Italia. Irlanda también posee un peso histórico en el certamen por sus siete victorias, cifra que coincide con la alcanzada por Suecia.
Weissmann explicó que la ausencia de varios países introduciría una presión económica para la organización, y recordó que la EBU ya había incorporado ese escenario en su planificación presupuestaria, de modo que la carga principal recaería en la estructura financiera del organismo internacional.
El director de la ORF añadió que no identificaba un inconveniente sustancial para Viena en el proceso de organización, y sostuvo que un volumen ligeramente inferior de recursos sería compensado por la gestión interna, sin alterar los preparativos dispuestos para la edición de 2026.
La emisora pública francófona de Bélgica confirmó su participación en la próxima edición del certamen europeo, y su anuncio se produjo en medio de las decisiones divergentes entre varios Estados sobre la presencia israelí en la competición musical del año siguiente.
Bélgica posee dos radiodifusoras estatales, VRT en neerlandés y RTBF en francés, y ambas alternan la representación en Eurovisión. Aunque VRT expresó una oposición explícita a la participación de Israel, RTBF, responsable del turno correspondiente al siguiente año, confirmó su continuidad.
La radiodifusora explicó que su presencia en Eurovisión incluiría un compromiso específico que estableció que “ninguna celebración cultural ni ningún evento internacional puede eclipsar la absoluta necesidad de proteger a los ciudadanos y a quienes informan desde zonas de conflicto”, mensaje que acompañó su decisión.

La forma en que este compromiso sería aplicado no se esclareció. El año previo, VRT difundió un mensaje de protesta contra Israel antes de la transmisión de Eurovisión, lo que evidenció la existencia de posturas divergentes dentro del sistema público belga de radiodifusión.
Las campañas de activistas anti-Israel que exigieron la expulsión de Israel del concurso mantuvieron presión durante años y alcanzaron una intensidad mayor en los dos años posteriores a la masacre ejecutada por Hamás el 7 de octubre de 2023, hecho que dio inicio a la guerra prolongada en Gaza.
La EBU rechazó de manera continua todas las solicitudes de expulsión de Israel y argumentó que Eurovisión correspondía a una competencia entre radiodifusoras nacionales. La entidad afirmó que Kan cumplía los criterios exigidos para participar y ningún Estado se retiró en las ediciones de 2024 y 2025.
El escándalo antiisraelí dominó ampliamente las dos competiciones más recientes y generó titulares asociados a protestas, amenazas, abucheos y controversias. La situación provocó una reacción intensa del público proisraelí, que impulsó el voto popular para Eden Golan en 2024 y Yuval Raphael en 2025 y agravó la tensión.
