La Fuerza Aérea moderniza el B-2 Spirit con mejoras en furtividad, comunicaciones, aviónica y armas para mantener su capacidad estratégica hasta la llegada del B-21.
Modernización del B-2 para penetrar defensas avanzadas hasta 2029
La Fuerza Aérea de Estados Unidos activó un ciclo profundo de modernización del bombardero furtivo B-2A Spirit apoyado en un contrato de hasta $7.000 millones adjudicado a Northrop Grumman en mayo de 2024. Ese esfuerzo se suma a actualizaciones de comunicaciones, arquitectura de misión y materiales de baja observabilidad introducidas entre 2023 y 2025 para conservar la capacidad de penetrar defensas antiaéreas densas y emplear armamento nuclear y convencional a gran distancia.
El objetivo oficial de la modernización consiste en mantener la vigencia del sistema de armas mientras la Fuerza Aérea introduce de forma progresiva el nuevo bombardero B-21 Raider. El B-2 debe conservar su capacidad de ataque estratégico de largo alcance en misiones de penetración profunda contra defensas antiaéreas densas, con empleo de munición nuclear y convencional. De esta forma, la flota mantiene un papel central dentro de la disuasión y las operaciones de ataque global estadounidense.
El contrato de 2024 posee un techo de $7.000 millones hasta 2029 y adopta la forma de acuerdo de suministro indefinido para sostenimiento y modernización. Los documentos del Pentágono sitúan la mayor parte del trabajo en la Planta 42 de Northrop Grumman en Palmdale, con actividades adicionales en Whiteman y Tinker para mantenimiento y mejoras de furtividad, comunicaciones, motores y pantallas de cabina, que un informe del Servicio de Investigación del Congreso identifica como base financiera principal del programa.

Los planes de fuerza señalan que el B-2 constituye junto a los B-52H y B-1B la flota estratégica de bombarderos de Estados Unidos, en la que el Spirit asume la porción furtiva. La modernización actual busca conservar esa ventaja cualitativa frente a defensas antiaéreas avanzadas y amenazas emergentes, en un contexto que combina sostenimiento de la plataforma existente, introducción de nuevas armas y mejoras de misión con la transición gradual hacia el B-21 Raider como sucesor de penetración profunda.
Características del B-2 Spirit, flota operativa y gestión del programa
El B-2 Spirit es un bombardero pesado de largo alcance con diseño de ala volante y baja observabilidad que opera desde la base de Whiteman, en Misuri. La plataforma constituye el único bombardero furtivo en servicio en Estados Unidos y mantiene doble misión nuclear y convencional. Dispone de dos bodegas internas capaces de transportar alrededor de 18 toneladas de munición guiada y no guiada para ataques de precisión contra objetivos estratégicos a gran distancia.
En el ámbito nuclear, el B-2 puede portar bombas de la familia B61, entre ellas la B61-12, cuyo programa de extensión de vida concluyó en 2025, así como la B61-11 y la B83. El informe de bombarderos estratégicos del Servicio de Investigación del Congreso confirma que toda la flota conserva capacidad nuclear mientras el Departamento de Energía desarrolla la B61-13 para ofrecer opciones adicionales frente a determinados objetivos reforzados de gran extensión y avanza en la retirada de la B83.
Además, el bombardero integra un catálogo amplio de munición guiada convencional que incluye la bomba penetradora masiva GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, para la que el B-2 actúa como única plataforma certificada. Esta arma permite destruir objetivos endurecidos y profundamente enterrados. La combinación de capacidad nuclear y de armas convencionales de precisión proporciona al Spirit un abanico de opciones para misiones estratégicas de ataque global contra instalaciones críticas de alto valor en territorios fuertemente defendidos.

La flota fabricada alcanzó 21 ejemplares; uno se perdió en un accidente en Guam en 2008 y otro resultó dañado en Whiteman en diciembre de 2022, sin plan de reparación por coste, por lo que la fuerza operativa quedará en 19 bombarderos. Todos dependen del Mando de Ataque Global. La Oficina del Programa de Sistema del B-2, con sedes en Wright-Patterson y Tinker, dirige la gestión técnica y la modernización continua.
Claves de la modernización y capacidad estratégica del B-2 Spirit
- Un contrato marco de hasta $7.000 millones hasta 2029 sostiene el ciclo de sostenimiento y modernización industrial del B-2 en plantas de Northrop Grumman.
- La arquitectura de misión abierta Spirit Realm 1 y la fábrica de programas asociada permiten añadir capacidades mediante paquetes de software modulares con ciclos de integración mucho más breves.
- El paquete de Comunicaciones Avanzadas incorpora satélites MUOS, estándar táctico SATURN y enlace de datos Link 16 para asegurar conectividad segura en entornos electromagnéticos contestados.
- Nuevos recubrimientos, estructuras absorbentes de radar y el material magnético MagRAM reducen tiempos de mantenimiento y preservan la baja observabilidad frente a sensores de defensa antiaérea avanzados.
- La integración de armas como el misil AGM-158 JASSM-ER, la bomba GBU-57 y futuras municiones guiadas mantiene la capacidad de ataque de precisión a larga distancia del bombardero.
Arquitectura Spirit Realm y comunicaciones avanzadas en el B-2 Spirit
La Oficina del Programa de Sistema del B-2 destaca que el bombardero recibe mejoras continuas de sostenimiento y de capacidades. En todo momento mantiene entre dos y tres proyectos de actualización en fases de codificación, desarrollo, pruebas y despliegue. Uno de esos programas incluye más de 300 cambios de software dentro del esfuerzo de sostenimiento.

A partir de esa base, el programa introdujo una arquitectura de misión abierta denominada Spirit Realm 1 que transforma al B-2 en una plataforma modular. Esta configuración permite añadir con rapidez capacidades nuevas de comunicaciones, armas o sensores mediante paquetes de software sucesivos. SR-1 incorpora, además, pantallas primarias nuevas en cabina que se integran con la infraestructura digital específica del B-2, creada para facilitar el diseño, la prueba en tierra y el despliegue de actualizaciones.
La fábrica de programas Spirit Realm apoya esta arquitectura con un conjunto de herramientas digitales integradas que permiten diseñar, ensayar y validar actualizaciones antes de su instalación en los aviones. La Fuerza Aérea describe esta infraestructura como un medio para reducir riesgos y plazos de las pruebas en vuelo mediante simulaciones de alta fidelidad en tierra, captar más puntos de prueba, aumentar la calidad funcional mediante ensayos automatizados frecuentes y facilitar la incorporación ágil de capacidades de combate nuevas.
Según los datos oficiales, este enfoque permitió introducir en menos de tres meses actualizaciones de software que antes podían requerir casi dos años, lo que supuso una adaptación mucho más rápida a nuevas armas y amenazas. Sobre esta base se desarrolla la modernización de comunicaciones del B-2, que busca mejorar la transmisión de datos de planificación de misión en tiempo real y asegurar enlaces redundantes y seguros en escenarios complejos.
Comunicaciones avanzadas y enlaces de datos tácticos en el B-2
La rama de Comunicaciones Avanzadas de la oficina del programa trabaja en una capacidad de comunicaciones satelitales más allá de la línea de visión que, según los responsables, reduce de forma significativa el tiempo necesario para transmitir datos de planificación de misión en tiempo real. El sistema proporciona a la tripulación recepción y transmisión simultáneas de voz y datos, una funcionalidad que no existía en la arquitectura de comunicaciones anterior del bombardero.
Estas comunicaciones se integran en un esfuerzo más amplio de Comunicaciones Avanzadas para el B-2 que añade enlaces con el sistema satelital Mobile User Objective System de comunicaciones seguras y resistentes a interferencias. También incorpora conectividad compatible con el estándar táctico UHF/VHF SATURN de la OTAN y capacidad de replanificación en vuelo a través del enlace de datos táctico Link 16. La finalidad consistirá en mantener la conectividad en entornos electromagnéticos contestados y facilitar la reorientación de la misión en vuelo.

La combinación de SR-1 con las nuevas pantallas de cabina facilita el aprovechamiento de estas capacidades de comunicaciones. Los enlaces satelitales y tácticos se integran en la arquitectura modular del B-2 como paquetes de software y hardware que la fábrica de programas Spirit Realm desarrolla y verifica en tierra. De esta forma, la Fuerza Aérea busca mantener actualizados los sistemas de enlace de datos al ritmo de nuevas armas, sensores y requisitos de misión.
Junto a esta modernización de comunicaciones, la oficina del programa identifica la supervivencia del aparato en entornos con amenazas avanzadas como el otro componente principal. Un equipo específico de Supervivencia se centra en mejorar los materiales de baja observabilidad para mantener o reducir la sección eficaz de radar y en proporcionar a la tripulación una situación táctica actualizada en espacio aéreo altamente contestado mediante equipos electrónicos y paquetes de software nuevos.
Mejoras de furtividad, materiales MagRAM y ciclo de mantenimiento del B-2
En el marco de la modernización se introdujo una nueva generación de recubrimientos y estructuras absorbentes de radar. Documentos especializados de 2025 describen un esfuerzo continuo de la Fuerza Aérea para reducir la firma de radar del B-2 mediante mejoras en revestimientos, materiales y estructuras de absorción en elementos como el radomo y las tomas y toberas de los motores. El objetivo consiste en preservar la baja observabilidad del avión y, al mismo tiempo, facilitar las tareas de mantenimiento.
Northrop Grumman desarrolla en paralelo un programa para sustituir la cinta absorbente de radar utilizada hasta ahora en determinadas superficies por un material magnético absorbente de radar conocido como MagRAM. La responsable del programa B-2 en la empresa explicó que los registros de mantenimiento señalaban esa cinta como uno de los factores principales en el tiempo necesario para mantener la furtividad del avión. La sustitución por MagRAM pretende reducir en decenas de miles de horas anuales la carga de mantenimiento y conservar la salud de baja observabilidad del revestimiento.
El primer B-2 con este recubrimiento inició su modificación en 2023 con la intención declarada de extender el programa a toda la flota. Las mejoras relacionadas con materiales de baja observabilidad se suman a cambios de proceso en mantenimiento profundo que buscan reducir el tiempo fuera de servicio. Los informes recientes sobre el ciclo de mantenimiento en depósito señalan que la última revisión completa de un B-2 en planta industrial pasó de unos 470 días a 379 días.

La autoridad del programa B-2 explicó que procesos como inspecciones previas y adelanto de determinadas revisiones de depósitos de combustible reducen incidencias durante el mantenimiento profundo. Estas medidas contribuyen a aumentar la disponibilidad de la flota al acortar la estancia de los aviones en planta industrial. La introducción de materiales como MagRAM persigue además disminuir más horas de trabajo dedicadas a mantener la firma furtiva dentro de los niveles aceptables fijados para el sistema de armas.
Aviónica defensiva, sistema DMS-M e integración avanzada de armas
Las mejoras de aviónica relacionadas con el sistema de gestión defensiva constituyen otro componente clave de la modernización. El programa de Modernización del Sistema de Gestión Defensiva nació con la intención de incorporar antenas y sensores nuevos para aumentar la conciencia de amenaza del B-2 en entornos saturados. Una reestructuración aprobada en 2019 redujo su alcance para centrarse en la modernización de las pantallas y los procesadores de presentación de datos en cabina y corregir problemas críticos de obsolescencia.
La documentación del programa establece que el B-2 equipado con DMS-M debe mantener los niveles de sección eficaz de radar fijados en las especificaciones originales del sistema de armas y alcanzar una disponibilidad del 99,7 % para el subsistema modernizado cuando alcance su madurez. Este requisito pretende asegurar que la modernización defensiva no degrade la firma de radar del bombardero y ofrezca, al mismo tiempo, una fiabilidad muy elevada en operaciones prolongadas.
Además de DMS-M, el perfil de modernización descrito en el almanaque de la Fuerza Aérea para 2025 incluye la sustitución de las pantallas primarias de cabina, la incorporación de un sistema avanzado de identificación amigo-enemigo y una mayor integración de armas. La descripción oficial del B-2 indica que las últimas actualizaciones permiten suministrar datos de puntería a través del radar o introducir coordenadas en las armas antes del lanzamiento para contrarrestar interferencias en las señales de navegación por satélite.

Según la misma fuente, esta capacidad refuerza el ataque de precisión en entornos con posicionamiento global degradado. En diciembre de 2021, la Fuerza Aérea y Northrop Grumman realizaron un lanzamiento de prueba del misil de crucero aire-superficie de largo alcance AGM-158 JASSM-ER desde un B-2, hecho que despejó el camino para su integración plena en el arsenal del bombardero y amplió el alcance de ataque convencional con munición de precisión de baja observabilidad.
Nuevas armas, uso operativo reciente y futuro del B-2 Spirit
Los datos de la Fuerza Aérea recogen la integración en curso de otras armas avanzadas compatibles con las bodegas internas del B-2 dentro del marco que proporciona la arquitectura de misión abierta. Documentos contractuales mencionan la posible incorporación de la bomba guiada GBU-72/B, un proyectil penetrador de 5.000 libras asociado a un kit de guiado por sistema de posicionamiento global de la familia JDAM, junto con otras armas avanzadas no especificadas y futuras municiones de largo alcance.
Las capacidades modernizadas del B-2 ya participaron en operaciones. En junio de 2025, siete bombarderos B-2 despegaron de Whiteman y volaron hasta Irán durante la operación Martillo de Medianoche. En esa misión lanzaron 14 bombas GBU-57 Massive Ordnance Penetrator sobre instalaciones nucleares en Fordo, Natanz e Isfahán. El jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, general Dan Caine, afirmó que las fuerzas iraníes emplearon sistemas de misiles superficie-aire sin lograr detectar a los bombarderos.

Caine añadió que no se produjo detección previa durante toda la operación. El ataque supuso la primera utilización en combate de la bomba GBU-57 Massive Ordnance Penetrator. La misión demostró en un escenario real la combinación de baja observabilidad y capacidad de destrucción de objetivos endurecidos y profundamente enterrados que el B-2 aporta a la fuerza de bombarderos estratégicos de Estados Unidos.
Los directivos de Northrop Grumman señalan que la estructura del B-2 conserva una vida útil proyectada que se extiende hasta la década de 2050. Sin embargo, la planificación de la Fuerza Aérea prevé la retirada progresiva de la flota cuando el B-21 Raider entre en servicio en cantidades suficientes a partir de la próxima década, momento en el que ese nuevo bombardero asumirá las misiones de penetración profunda nucleares y convencionales.
