La Fuerza Aérea de Estados Unidos acelera la modernización del B-2 Spirit con nueva arquitectura abierta y un contrato de hasta 7.000 millones hasta 2029.
Contrato de hasta 7.000 millones para modernizar el B-2 hasta 2029
La Fuerza Aérea de Estados Unidos aceleró la modernización del bombardero furtivo B-2 Spirit al poner en servicio una nueva capacidad de misión y al formalizar un paquete de sostenimiento. Ese paquete se apoya en una arquitectura abierta y en un contrato de hasta $7.000 millones adjudicado a Northrop Grumman para sostener y actualizar la flota hasta 2029. Los anuncios oficiales y la documentación presupuestaria sitúan mejoras en comunicaciones, armamento, mantenimiento y apoyo.
El Departamento de Defensa publicó el 2 de mayo de 2024 la concesión a Northrop Grumman Systems Corp., en Palmdale (California), de un contrato indefinido de entrega indefinida con un techo de $7.000 millones para la “modernización y sostenimiento” del B-2. El comunicado indicó que el alcance cubre mejoras del aparato y sostenimiento, además de componentes logísticos como ingeniería de sostenimiento, mantenimiento de programas y equipos de apoyo para la flota operativa.
La adjudicación también incluyó el mantenimiento programado en depósito de la flota y otras formas de apoyo provisional por contratista. El anuncio fijó trabajos en Palmdale y en bases como Whiteman (Misuri), Tinker (Oklahoma), Wright-Patterson (Ohio), Edwards (California) y Hill (Utah). La finalización prevista figura para el 3 de mayo de 2029. El Departamento de Defensa definió la adjudicación como de fuente única y registró una obligación inicial de 21.439 dólares con fondos de I+D, prueba y evaluación del año fiscal 2023.

Este marco contractual concentra el sostén industrial que acompaña a las mejoras técnicas. La documentación citada describe un paquete que combina mantenimiento, logística y actualización de capacidades, con énfasis en sistemas, programas y apoyo de ciclo de vida. La estructura del contrato permite encadenar actividades de modernización y sostenimiento hasta 2029, mientras el programa incorpora una arquitectura de misión que facilita integrar cambios con mayor velocidad y mantener operativa la flota basada en Whiteman.
Claves del contrato y del calendario de modernización del B-2
- El Departamento de Defensa publicó la concesión del contrato el 2 de mayo de 2024.
- El contrato tiene un techo de $7.000 millones para “modernización y sostenimiento”.
- El anuncio fija la finalización prevista para el 3 de mayo de 2029.
- Los trabajos se reparten entre Palmdale y bases como Whiteman, Tinker, Wright-Patterson, Edwards y Hill.
- La obligación inicial asciende a 21.439 dólares con fondos de I+D, prueba y evaluación del año fiscal 2023.
Spirit Realm 1 introduce sistemas de misión abierta y acelera actualizaciones
La actualización operativa más visible llegó en julio de 2024, cuando el programa del B-2 anunció la entrada en servicio de “Spirit Realm 1” (SR 1). El programa describió SR 1 como la primera capacidad integrada y desplegable basada en una arquitectura de “sistemas de misión abierta”. La revista Air & Space Forces informó de la novedad y citó comunicaciones del fabricante y del propio programa para explicar el alcance del cambio.

Según esa información, SR 1 incorpora una arquitectura no propietaria para facilitar la incorporación de nuevas funciones y para acelerar la integración de armamento y actualizaciones de programas. El objetivo consiste en mantener la aeronave “relevante y creíble” hasta su sustitución por el B-21 Raider. La publicación atribuyó al programa una reducción notable de plazos: procesos de actualización que antes exigían alrededor de dos años ahora se ejecutan en menos de tres meses mediante un nuevo modelo de desarrollo y pruebas.
En paralelo, la Fuerza Aérea reincorporó un B-2 a un ciclo de ensayos en Edwards (California) durante el 35.º aniversario del primer vuelo del modelo, que tuvo lugar el 17 de julio de 1989. Un comunicado de la 8.ª Fuerza Aérea señaló que, además de mejoras funcionales, la campaña se centró en la integración de la arquitectura de sistemas de misión abierta conocida como Spirit Realm 1. El texto vinculó el regreso a Edwards con la incorporación de nuevas tecnologías.
El uso de una arquitectura de misión abierta busca reducir dependencias y acelerar entregas en una plataforma estratégica que combina misiones nucleares y convencionales. Con SR 1, el programa describe una vía para introducir cambios de software y de integración con mayor rapidez, sin romper la coherencia del sistema de misión. Este enfoque se alinea con la agenda de sostenimiento descrita en el contrato de 2024 y con la meta de mantener el B-2 en servicio hasta la llegada del B-21.
La fábrica Spirit Realm apoya mejoras internas y nuevas comunicaciones satelitales

Detrás de SR 1 figura la “Spirit Realm”, un entorno de desarrollo que la Fuerza Aérea presentó en 2022 como una “fábrica” de programas basada en un diseño de referencia del Departamento de Defensa. La nota oficial explicó que el centro surgió por impulso del B-2 Weapons Systems Support Center del Air Force Life Cycle Management Center (AFLCMC) y de Northrop Grumman. El comunicado describió la herramienta como un medio ya utilizado para introducir mejoras en la flota operativa.
En 2025, el AFLCMC informó de que el sostenimiento y parte de las mejoras de programas se ejecutan de forma interna en un laboratorio en Tinker. Según el mismo comunicado, el equipo del programa mantiene “dos o tres” mejoras en cola en distintas fases de codificación, desarrollo, pruebas y despliegue. El texto añadió que el programa incorporó “más de 300” cambios en programas de sostenimiento, lo que muestra un flujo continuo de ajustes para mantener la flota operativa.
El artículo del AFLCMC situó una parte central de la modernización en la actualización de comunicaciones y de supervivencia. En comunicaciones, el coronel teniente Robert Allen, responsable de programas avanzados del B-2 citado por el comunicado, afirmó que el programa más reciente proporcionará una capacidad satelital “más allá de la línea de vista”. Esa capacidad permitirá a la tripulación recibir y transmitir comunicaciones de voz y datos de forma simultánea, y también reducirá el tiempo de transferencia de datos para planificación de misión en tiempo real.
La modernización de comunicaciones del B-2 tiene antecedentes. Una información oficial de 2013 describió un salto “importante” con el primer incremento del receptor común de muy baja frecuencia (CVR). Ese sistema se concibió para permitir la recepción de señales de muy baja frecuencia reflejadas en capas bajas de la atmósfera y para evitar la dependencia de un enlace satelital. El texto vinculó la mejora con mensajes de acción de emergencia y con la continuidad de la misión nuclear ante el fin de vida útil de satélites Milstar.
Supervivencia, defensa y transición al B-21 dentro del marco estratégico actual

En supervivencia, el comunicado del AFLCMC detalló un trabajo orientado a materiales de baja observabilidad para reducir la firma de sección radar, además de mejoras de conciencia situacional en entornos “altamente disputados”. Ese enfoque incluye componentes físicos y programas que aporten una imagen actualizada del campo de batalla. El marco operativo combina la preservación de capacidades del B-2 y una agenda de sostenimiento industrial, mientras el programa busca mantener la aeronave lista para operar en escenarios de amenaza actuales y previstos.
La Fuerza Aérea ha gestionado durante años programas específicos para guerra electrónica y alerta de amenazas. Un informe de evaluación operacional del Departamento de Defensa de 2016 enmarcó el B-2 en misiones nucleares y convencionales globales destinadas a localizar, fijar, atacar y evaluar objetivos de alto valor fuertemente defendidos en espacio aéreo denegado. Ese informe incluyó entre las tareas la supresión y destrucción de defensas antiaéreas enemigas, además de la disuasión nuclear, como parte del perfil estratégico del bombardero.
En un informe de adquisición seleccionado de 2019 sobre la modernización del sistema defensivo del B-2 (DMS-M), el Departamento de Defensa describió ese programa como un “habilitador principal” de la supervivencia. El documento explicó que el sistema heredado de localización de emisores de amenaza detecta, identifica y localiza radares enemigos y ofrece a la tripulación información en tiempo real para evitar amenazas, advertir sobre riesgos y sostener la conciencia situacional. También señaló carencias que limitaban capacidad operativa y supervivencia, lo que hacía necesaria la modernización.
La línea del DMS-M sufrió una reestructuración relevante en el ciclo presupuestario de 2020. Defense News informó de que, tras retrasos y problemas técnicos, la Fuerza Aérea transformó un programa clave, y lo convirtió en una actualización de cabina menos ambiciosa. El artículo indicó que la petición presupuestaria del año fiscal 2021 anuló la financiación del DMS-M durante cinco años y reasignó alrededor de 155 millones a mejoras de cabina. En paralelo, un informe del Congreso actualizado en septiembre de 2025 situó 20 B-2 en Whiteman y citó la intención de retirar uno en el año fiscal 2025, lo que reduciría la fuerza a 19.
Capacidad nuclear, municiones MOP y operaciones recientes con el B-2

El informe del Servicio de Investigación del Congreso atribuyó al Departamento de Defensa que todos los B-2 tienen capacidad nuclear y que pueden transportar bombas nucleares B61 y B83. El mismo documento añadió que el B-2 está certificado para transportar armamento convencional, incluida la bomba penetradora GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP), diseñada para objetivos duros y profundamente enterrados. Ese contexto subraya por qué el programa prioriza comunicaciones, supervivencia y sostenimiento, en una plataforma que combina misiones estratégicas con operaciones convencionales de alcance global.
En otra ficha del Congreso sobre municiones guiadas, el organismo recogió que Estados Unidos empleó por primera vez la MOP en ataques contra instalaciones nucleares iraníes en 2025. Associated Press informó en junio de 2025 del regreso de bombarderos B-2 a Whiteman tras participar en una operación que incluyó el lanzamiento de 14 bombas antibúnker de 30.000 libras contra emplazamientos subterráneos de enriquecimiento de uranio. La misión contó con reabastecimiento en vuelo y escolta, y el plan incluyó maniobras de engaño.
Estos antecedentes operativos se conectan con la cadena de mejoras descrita por el AFLCMC. La combinación de una arquitectura de misión abierta, una “fábrica” de desarrollo de programas y una agenda de comunicaciones más allá de la línea de vista busca sostener la eficacia del B-2 en entornos disputados. Al mismo tiempo, el programa orienta parte de los esfuerzos a baja observabilidad y a conciencia situacional para reducir riesgos frente a defensas antiaéreas avanzadas y para mantener la credibilidad de la plataforma hasta la transición al B-21.
El contrato de 2024 integra ese enfoque en un marco industrial de sostenimiento formalizado hasta 2029. La adjudicación detalla elementos como mantenimiento programado en depósito y mantenimiento de programas, y el AFLCMC describe un flujo de actualizaciones simultáneas con una agenda centrada en comunicaciones y supervivencia. Con SR 1 como capacidad desplegable y con un entorno de desarrollo consolidado desde 2022, el programa busca acelerar ciclos de software y de integración, y alinear esas entregas con el soporte logístico y la disponibilidad de una flota limitada en número.
