Tamar Jordani, una guía turística de Jerusalén de 48 años, y su madre (65) fueron víctimas de una estafa en Budapest, durante la cual dos revisores del metro les dieron un puñetazo, según informa Ynet.
Las dos viajaron varias paradas en la capital húngara y al salir de una de las estaciones de metro fueron paradas por dos personas que se presentaron como inspectores de tren y pidieron comprobar los billetes. Los inspectores alegaron que los billetes no eran válidos porque los dos habían salido del centro de Budapest.
“Nos exigieron pagar una multa de 250 NIS e incluso nos sugirieron que si pagábamos en efectivo nos harían un descuento, la mitad del precio. Daba mucho miedo. Decidimos llamar a la policía y les dijimos a los inspectores que la policía estaba de camino. Mientras tanto, seguían acosando a más turistas. En ese momento empezamos a hacer fotos, pero entonces los inspectores se abalanzaron sobre nosotros. Uno de ellos me empujó al suelo e intentó robarme la cámara. El otro dio un puñetazo a mi madre, que estaba haciendo la foto, una mujer de 65 años con certificado de discapacidad”.
Según ella, durante el enfrentamiento uno de los inspectores llegó a hacer gestos antisemitas: “Hizo un gesto con la nariz larga y nos dijo: iros a Israel”.
Al final, la policía llegó al lugar y se llevó tanto a la mujer israelí como a los dos inspectores para interrogarlos en comisaría. Las dos mujeres israelíes pidieron ayuda a los representantes de la comunidad judía de Hungría, uno de cuyos dirigentes acudió a la comisaría y las ayudó. El interrogatorio se retrasó muchas horas hasta que llegó un intérprete.