El Ministerio de Asuntos Exteriores celebró ayer un debate sobre las posibles respuestas del gobierno a la decisión de Ben & Jerrys y su empresa matriz Unilever de boicotear Judea y Samaria.
En el debate, presidido por Noam Katz, Director General Adjunto de Diplomacia Pública del Ministerio de Asuntos Exteriores, participaron representantes del ministerio (incluidos antiguos funcionarios del Ministerio de Asuntos Estratégicos subordinados al Ministerio de Asuntos Exteriores), así como funcionarios de los ministerios de Justicia, Hacienda y Economía.
Los participantes en el debate presentaron la situación jurídica y pública tras la publicación de la decisión de la empresa y debatieron las posibles vías de actuación. Entre otras cosas, examinaron el uso de herramientas legales en Israel y en el extranjero y el aumento de la presión pública sobre los dirigentes de la empresa con el fin de revertir la decisión de la empresa de rendirse al movimiento de boicot antiisraelí.
Dijo Noam Katz: “Con el daño a la marca de las empresas, así como la intención de los principales estados de EE. UU. de aplicar sus leyes antiboicot a Ben & Jerry’s y Unilever, pretendemos persuadir a los responsables de la empresa para que anulen esta decisión discriminatoria. El movimiento de boicot no promueve la paz y la coexistencia, sino que representa una política antiisraelí y en muchos casos antisemita, que no tiene cabida en el discurso público del siglo XXI. Es importante tener claro que el boicot contra Israel es un arma de doble filo que perjudica más a los boicoteadores que a los que pretende perjudicar”.