El miércoles, en un acalorado intercambio en el Foro de Líderes Mundiales de la Universidad de Columbia, el primer ministro de Malasia defendió declaraciones que cuestionaban el número de víctimas del Holocausto, una postura ampliamente aceptada como antisemita.
El recién nombrado primer ministro, Mahathir Mohamad, dejó pasar la oportunidad de retomar las declaraciones en las que dijo que estaba orgulloso de ser etiquetado como antisemita. En su lugar, defendió la “libertad de expresión” al hablar de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial.
“¿Por qué no puedo decir algo contra los judíos cuando mucha gente dice cosas desagradables sobre mí, sobre Malasia, y yo no protesté? No lo demostré”, dijo. “Bueno, tenemos que estar dispuestos a escuchar puntos de vista que no nos favorecen por la libertad de expresión”.
Al hablar en el foro, Mohamad también se refirió al cambio climático, los rohingya y la política regional en el sudeste asiático.
Expresó su apoyo a la cooperación regional para hacer frente al cambio climático.
“Esperamos que nuestros vecinos nos permitan ayudarlos a apagar los incendios”, dijo.
También esta semana, el gobernador del banco central de Malasia dijo que las instituciones financieras estarán obligadas a informar sobre su exposición a los riesgos climáticos y que la información que recopile podría ser utilizada para establecer normas regulatorias en la tercera economía más grande del sudeste asiático.
Las pérdidas económicas causadas por los desastres en Asia y el Pacífico podrían superar los 160.000 millones de dólares anuales para 2030, según las estimaciones del brazo de desarrollo de las Naciones Unidas que figuran en un informe del año pasado.
La región experimenta más desastres naturales que ninguna otra, aunque Malasia está en gran medida a salvo. Entre 2014 y 2017, los países de la región se vieron afectados por 55 terremotos, 217 tormentas y ciclones, y 236 casos de inundaciones graves, según datos de la ONU.
Mohamad parecía resignado a aceptar la falta de poder de su país en la región.
“Está bien que ellos reclamen”, dijo, refiriéndose a la oferta de China de tomar el control del Mar del Sur de China, “tan pronto como permitan el paso de los barcos”.