En Labour List, un sitio de noticias independiente del Partido Laborista en el Reino Unido, Bambos Charalambous, diputado por Enfield Southgate y ministro en la sombra para Oriente Medio, escribió un artículo: («La ocupación israelí de Cisjordania y Gaza es una barrera fundamental para la paz»). Basado en su reciente viaje a la región patrocinado por las ONG antisionistas Medical Aid for Palestinians y el Council for Arab and British Understanding.
La desinformación y la propaganda sobre Israel difundidas por Charalambous son de considerar, pero solo nos centraremos en algunos de los ejemplos más atroces:
Al explicar su apoyo a una solución de dos Estados, cita, como uno de los obstáculos para tal resultado, la «ocupación» de Gaza por parte de Israel.
“Tras regresar de una visita de una semana organizada por Medical Aid for Palestinians y el Consejo para el Entendimiento Árabe y Británico, nunca he tenido tan claro que la ocupación israelí de Judea y Samaria y Gaza es un obstáculo fundamental para lograr esta visión”, dijo Charalambous.
Por supuesto, Israel no ocupa Gaza. El Estado judío retiró unilateralmente a todos sus ciudadanos y a todos sus soldados en 2005. Resulta revelador que el diputado no escribiera ni una palabra sobre el papel desempeñado por Hamás para impedir que se alcance una solución pacífica de dos Estados.
Luego alega que la ocupación -y no solo los asentamientos- es «ilegal»:
Por supuesto, la ocupación es ilegal según el derecho internacional, y hay muchos israelíes que se oponen firmemente a ella.
Si bien es cierto que la mayoría de los países (aunque no Estados Unidos) consideran que las comunidades israelíes construidas a través de la Línea Verde son ilegales, ese no es el caso del control de Israel sobre el territorio en disputa como resultado de la propia Guerra de los Seis Días. Tenga en cuenta que, en 2015, CAMERA incitó a The New York Times a corregir un artículo que inicialmente hacía esa misma afirmación. En 2017, CAMERA de Reino Unido, impulsó una corrección en The Independent sobre la misma afirmación.
Ahora, pasemos a la inexactitud más atroz del diputado:
Un ejemplo, sin embargo, resume la brutal realidad de la ocupación. En el hospital de Makassed, en el este de Jerusalén, a primera hora de la mañana, nuestra delegación fue conducida a una unidad neonatal de alta dependencia que contenía nueve cunas. En cada una de ellas, un bebé prematuro yacía bajo calefactores incandescentes, frágil y diminuto. Todos estos bebés vulnerables estaban solos. Ninguno de ellos tenía a su madre o a otro miembro de la familia con ellos.
¿Por qué estaban solos estos bebés? En primer lugar, los territorios ocupados no pueden disponer de hospitales para tratar partos complejos o niños prematuros, de ahí que algunas madres tengan que dar a luz en el hospital de Makassed. En segundo lugar, según las normas de la ocupación, las madres tienen un permiso de tres días para dar a luz y recuperarse. Cuando el permiso se agota, las madres deben regresar a Cisjordania o Gaza. Si sus recién nacidos son demasiado pequeños o no están lo suficientemente bien como para ir también, las madres deben dejarlos en el hospital.
Peor aún, los médicos nos contaron cómo las madres no pueden obtener permisos para visitar a los bebés después de haberse visto obligadas a dejarlos en el hospital. Incluso recoger a los bebés cuando están totalmente recuperados es difícil: los permisos para hacerlo suelen demorarse meses. Uno de los bebés que vimos allí había estado lo suficientemente bien como para ser recogido hace cuatro meses, pero las autoridades israelíes habían denegado a su madre el permiso de recogida necesario. Esto, nos dijeron, es habitual.
El impacto deshumanizador de esta situación es profundo: a las madres y a los bebés se les niega la posibilidad de establecer vínculos, de amamantar, del contacto básico piel con piel que todos los bebés y las nuevas madres necesitan. No es de extrañar que muchas madres de niños en el hospital de Makassed desarrollen una depresión postnatal debilitante. Es probable que los daños en el desarrollo de los niños sean igualmente graves.
Nos pusimos en contacto con COGAT (las autoridades israelíes responsables de la expedición de permisos médicos a los palestinos) y preguntamos a su portavoz sobre la afirmación de Charalambous. Nos dieron la siguiente respuesta:
La situación descrita está alejada de la realidad. La Administración Civil ha permitido, y seguirá permitiendo, que decenas de miles de residentes salgan para recibir diversos tratamientos, incluidos los tratamientos hospitalarios en Israel y en el este de Jerusalén.
A lo largo de nuestros años, incluso después de haber investigado con todos los hospitales del este de Jerusalén, no hemos encontrado ningún caso en el que un bebé se haya quedado sin sus padres por motivos relacionados con los permisos o las licencias.
Las madres de los recién nacidos son dadas de alta solo después de la aprobación del médico que los atiende, y sin ninguna otra implicación normativa.
La acusación de que Israel separa a las madres palestinas de sus bebés es coherente con la caricatura de la villanía israelí promovida por las dos ONG que organizaron su gira, y parece ser una completa mentira. Nos pusimos en contacto con el editor de Labour List para pedir que se incluyera en el artículo la contradicción de COGAT con las afirmaciones del diputado.