Nemat Shafik, presidenta de la Universidad de Columbia, rechazó las acusaciones de que ha permitido que el antisemitismo se propague en el campus.
Durante una audiencia del Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes, afirmó: “Condenamos el antisemitismo que es tan generalizado hoy en día”. Shafik aseguró estar comprometida en combatir esta problemática activamente en la universidad.
A pesar de reconocer un aumento del antisemitismo, Shafik indicó que este fenómeno no es generalizado y se debe más a diferencias políticas. Describió la mayoría de las manifestaciones en el campus como pacíficas y mencionó esfuerzos para promover la unidad entre los estudiantes. “Trajimos experiencia adicional en seguridad y tuvimos contacto regular con el Departamento de Policía de Nueva York y el FBI”, explicó.
Dedicada a abordar este tema, Shafik ha celebrado más de 200 reuniones con grupos de interés en la universidad desde que asumió la presidencia. “He dedicado la mayor parte de mi tiempo a estos temas”, dijo, destacando encuentros con estudiantes, profesores, exalumnos y otros presidentes universitarios para intercambiar experiencias y soluciones.
El enfrentamiento sobre cómo se ha gestionado el antisemitismo en la Universidad de Columbia llegó al Congreso, evidenciando una marcada división entre la administración universitaria y algunos sectores políticos y estudiantiles.
La representante republicana Virginia Foxx criticó duramente a la universidad por su respuesta al antisemitismo, afirmando que “Columbia es culpable de negligencia grave en el mejor de los casos y, en el peor, se ha convertido en una plataforma para aquellos que apoyan el terrorismo”.
Esta visión fue apoyada por testimonios de estudiantes judíos de Columbia, quienes relataron incidentes de violencia física y verbal en el campus, incluyendo un ataque a un estudiante que colocaba carteles y el desgarramiento de collares de la estrella de David.
Además, se reportaron comentarios minimizando el Holocausto, intensificando las acusaciones de un ambiente hostil hacia los estudiantes judíos.
La representante Elise Stefanik sumó a las críticas, señalando que, a pesar de las declaraciones de la administración, “los líderes de Columbia se niegan a hacer cumplir sus propias políticas y condenar el odio judío en el campus”.
Stefanik y otros críticos prometieron acciones para responsabilizar a la universidad, calificándola de semillero para el apoyo al terrorismo y radicalización en el ámbito académico.