Un periodista húngaro conocido por hacer comentarios antisemitas y racistas fue uno de los oradores principales en una reunión celebrada el viernes en la capital húngara, Budapest, de destacados conservadores de Estados Unidos, Europa y otros países.
Zsolt Bayer, que según The Guardian ha calificado a los judíos de “excrementos apestosos”. Se ha referido a los gitanos como “animales”, y ha utilizado epítetos racistas para describir a los negros. Subió al escenario en el segundo día de la Conferencia de Acción Política Conservadora de Estados Unidos, o CPAC, que se celebró por primera vez en Europa.
La conferencia, de dos días de duración, contó con los discursos del expresidente estadounidense Donald Trump; el presentador de Fox News, Tucker Carlson; el ex jefe de gabinete de Trump en la Casa Blanca, Mark Meadows, y legisladores republicanos de Florida y Maryland.
Bayer es cofundador del partido gobernante Fidesz y se dice que es cercano al primer ministro nacionalista húngaro Viktor Orban, el orador estrella de la CPAC. Lleva mucho tiempo enfadando a los judíos y a otras personas con sus editoriales y artículos de opinión.
En 2011, Bayar usó la frase “excremento apestoso” para referirse genéricamente a los judíos en Inglaterra, según The Guardian.
Dos años más tarde, escribiendo sobre una pelea en un bar en Nochevieja en la que varias personas resultaron gravemente heridas y algunos de los atacantes fueron identificados como gitanos, Bayer escribió: “Una parte significativa de los gitanos no son aptos para la convivencia. No son aptos para vivir entre la gente. Estos gitanos son animales y se comportan como tales”.
En una columna de noviembre de 2015 sobre la crisis de los migrantes y el extremismo, Bayer dijo que todos los musulmanes mayores de 14 años eran “asesinos potenciales”.
Bayer fue distinguido con la Cruz de Caballero en 2016 por sus escritos sobre la minoría húngara en Transilvania, el destino de los presos húngaros en el sistema penitenciario del Gulag soviético y por sus “actividades periodísticas ejemplares”.
Durante sus 12 años en el poder, Orban ha generado controversia en la Unión Europea por hacer retroceder las instituciones democráticas bajo lo que él llama una “democracia antiliberal”. Se ganó la admiración de algunos segmentos de la derecha estadounidense por su dura postura en materia de inmigración y cuestiones de la ideología LGBTQ y su rechazo al pluralismo liberal.
Al pronunciar el discurso de apertura de la conferencia de dos días el jueves, Orban calificó a Hungría como “el bastión de los valores cristianos conservadores en Europa”. Instó a los conservadores estadounidenses a derrotar “el dominio de los liberales progresistas en la vida pública”, como dijo haber hecho en Hungría.
El partido de Orban ganó las elecciones generales de Hungría en abril, y el primer ministro conservó su cargo.
La Unión Europea y las organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por las recientes políticas húngaras consideradas como una limitación de los derechos de las personas de la ideología LGBTQ, algo que Orban describió el jueves como una “locura de género”.
Hungría también se enfrenta a sanciones económicas de la UE por supuestas violaciones del Estado de derecho, como el retroceso de la independencia judicial y la libertad de los medios de comunicación, y por no haber abordado adecuadamente la corrupción.
En los últimos años, la CPAC ha ampliado su presencia más allá de su reunión anual de activistas y políticos conservadores en Estados Unidos, con actos en Australia, Brasil, Japón y Corea del Sur. Tiene previsto celebrar conferencias en Brasil, Israel, Japón y México a finales de este año.