Arqueólogos descubren en la cueva de Manot evidencias de uno de los primeros cultos comunitarios que aportan datos clave sobre la sociedad prehistórica.
Detalles del hallazgo en la cueva de Manot en Israel
- Descubrimiento arqueológico en la cueva de Manot en Galilea
- Publicación del estudio y aportes científicos
- Análisis avanzado de los grabados rupestres en la cueva
- La cueva de Manot y su contexto histórico
- Hallazgos adicionales dentro del complejo ritual
- Preguntas frecuentes sobre los rituales prehistóricos en la cueva de Manot
Descubrimiento arqueológico en la cueva de Manot en Galilea
En el norte de Israel, investigadores han identificado lo que describen como evidencia de uno de los primeros casos de culto comunitario. Este hallazgo, ubicado en la cueva de Manot, data de hace aproximadamente 35.000 años y se considera un avance significativo para entender la evolución de la sociedad humana.
El complejo ritual descubierto se encontraba en las zonas más profundas y oscuras de la cueva, separadas del área principal. Según los especialistas, estas áreas presentan una acústica natural y están rodeadas por estalagmitas que formaban una entrada distintiva, realzando el carácter especial del lugar.
Entre los elementos más destacados del sitio se encuentra una roca singular con grabados geométricos que evocan la forma de un caparazón de tortuga. Esta roca, estratégicamente ubicada en el centro del complejo, fue identificada como un componente esencial del ritual.
El equipo que lideró la investigación afirmó que este descubrimiento proporciona información crucial sobre el simbolismo y los rituales practicados por comunidades antiguas, ayudando a comprender cómo estas actividades fortalecieron los vínculos sociales y definieron identidades colectivas.
Aspectos clave del hallazgo en la cueva de Manot
- Ubicación del complejo ritual: en las profundidades más oscuras de la cueva, lejos de las áreas de uso cotidiano.
- Elemento central: roca grabada con diseños geométricos similares a un caparazón de tortuga.
- Significado simbólico: posible representación de un tótem o figura espiritual.
- Contexto histórico: primeras evidencias de culto comunitario en el Levante y una de las más antiguas del mundo.
Publicación del estudio y aportes científicos
Los detalles de este descubrimiento se publicaron esta semana en la revista especializada PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America). El artículo, titulado “Early human collective practices and symbolism in the Early Upper Paleolithic of Southwest Asia”, fue redactado por un equipo multidisciplinario.
Entre los autores del estudio se encuentran el Dr. Omry Barzilai, afiliado a la Universidad de Haifa y la Autoridad de Antigüedades de Israel; el Prof. Ofer Marder, de la Universidad Ben-Gurión; el Dr. José-Miguel Tejero, de la Universidad de Barcelona; y el Prof. Israel Hershkovitz, de la Universidad de Tel Aviv.
El artículo destaca que este hallazgo es la primera evidencia de este tipo en el Levante y una de las más antiguas registradas a nivel mundial. Según los investigadores, la roca grabada en la cueva de Manot fue colocada deliberadamente en su ubicación, lo que refuerza su posible uso ritual.
“El diseño geométrico tallado en la roca podría representar un tótem o figura mitológica, lo que sugiere su relevancia espiritual para la comunidad prehistórica”, comentó el Dr. Barzilai. Añadió que la posición específica del objeto, lejos de las áreas de actividad diaria, indica su propósito ceremonial.
Análisis avanzado de los grabados rupestres en la cueva
Los grabados hallados en la roca con forma de caparazón de tortuga fueron examinados mediante un microscopio confocal único, lo que permitió confirmar sin dudas que se trata de creaciones humanas, según informaron los investigadores. Este análisis asegura la autenticidad del trabajo humano en los grabados.
En torno a la roca, se encontraron restos de ceniza que sugieren el uso de fuego, posiblemente antorchas, para iluminar el espacio ritual. Además, pruebas revelaron que el área contaba con acústica natural mejorada, lo que pudo amplificar actividades como canto, baile y oración, creando una experiencia inmersiva para los participantes.
El profesor Hershkovitz afirmó: “Se trata de un descubrimiento sin precedentes: un espacio con ‘equipos audiovisuales’, centrado en un objeto ritual (la tortuga), que constituye la primera evidencia de rituales comunitarios en el Levante”.
Elementos destacados del análisis del complejo ritual
- Tecnología empleada: uso de microscopio confocal para confirmar la autoría humana de los grabados.
- Fuego y acústica: restos de ceniza sugieren iluminación con antorchas, y la acústica natural mejoró las actividades comunitarias.
- Objeto central: roca grabada con diseño geométrico, posiblemente un tótem o símbolo espiritual.
- Propósito del espacio: separación deliberada de las áreas cotidianas, resaltando su uso exclusivo para rituales.
La cueva de Manot y su contexto histórico
Según los investigadores, la oscuridad del complejo ritual reflejaba cualidades sagradas para las tribus prehistóricas, asociadas al renacimiento y la renovación. “No es sorprendente que los cazadores prehistóricos eligieran las áreas más oscuras para realizar sus rituales”, indicó Hershkovitz.
El complejo ritual se data entre hace 35.000 y 37.000 años, coincidiendo con la cultura Auriñaciense, una fase conocida por sus pinturas rupestres y el uso de objetos simbólicos. En la entrada de la cueva se halló una rica capa de esta cultura, que incluía herramientas de sílex, hueso, asta y cuentas de concha.
Los habitantes de la cueva ocupaban principalmente la entrada, iluminada naturalmente. La cueva, que se extiende profundamente en la tierra, tiene una chimenea natural de 10 metros y el complejo ritual se ubicaba 50 metros más allá de la entrada, separado por filas de estalagmitas que actuaban como barreras.
Hallazgos adicionales dentro del complejo ritual
En una cámara adyacente al complejo ritual, se descubrió una cornamenta de ciervo completa. Según el Dr. Barzilai, las astas eran utilizadas para fabricar herramientas, y su ubicación en una cámara oculta podría estar relacionada con los rituales realizados en la cueva.
Un mapa fotográfico en 3D del complejo mostró una clara separación entre el espacio ritual y las áreas de actividad diaria. Este hallazgo resalta la importancia del complejo y la necesidad de diferenciarlo de los espacios cotidianos, según la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI).
Desde el descubrimiento de la cueva en 2008, expertos multidisciplinarios de la AAI, la Universidad de Tel Aviv y la Universidad Ben-Gurión han investigado la cueva de Manot. Este sitio ha aportado importantes hallazgos, incluidos un cráneo humano de 55.000 años, el más antiguo fuera de África, y dientes humanos de hace 40.000 años.
Preguntas frecuentes sobre los rituales prehistóricos en la cueva de Manot
El complejo ritual de la cueva de Manot es un espacio prehistórico separado donde se realizaban actividades simbólicas y espirituales. Incluye una roca grabada con forma de caparazón de tortuga, ubicada estratégicamente en las profundidades de la cueva, rodeada de cenizas y elementos que sugieren ceremonias comunitarias, como fuego y acústica especial.
El grabado en forma de caparazón de tortuga podría representar un tótem o figura espiritual central en los rituales de la época. Su ubicación y diseño indican un simbolismo profundo, conectado con la identidad colectiva y las prácticas rituales de las comunidades prehistóricas.
El complejo ritual de la cueva de Manot data de hace aproximadamente 35.000 a 37.000 años, coincidiendo con la cultura Auriñaciense, conocida por el desarrollo de arte rupestre y objetos simbólicos en Europa y el Levante.
Los investigadores utilizaron un microscopio confocal único para confirmar que los grabados en la roca fueron realizados por manos humanas, asegurando su autenticidad y relevancia dentro del contexto prehistórico.
Además de la roca grabada, se descubrieron cenizas que indican el uso de fuego para iluminar el espacio, una cornamenta de ciervo posiblemente relacionada con rituales y herramientas simbólicas, lo que refuerza la naturaleza espiritual del lugar.
La cueva estaba dividida en áreas de actividad diaria cerca de la entrada, iluminadas naturalmente, y un complejo ritual en las profundidades oscuras, lo que subraya la separación intencional entre actividades cotidianas y ceremoniales.
Los rituales ayudaron a fortalecer la identidad colectiva y los lazos sociales, marcando una transición clave de pequeños grupos de cazadores-recolectores a sociedades más complejas con prácticas culturales organizadas.
La acústica natural mejorada en las profundidades de la cueva pudo haber amplificado sonidos como cantos o danzas, creando una experiencia sensorial única que potenciaba la conexión espiritual y comunitaria durante los rituales.
La cultura Auriñaciense es una fase prehistórica asociada con la llegada de los humanos modernos a Europa. En la cueva de Manot, se encontraron herramientas de sílex y hueso, y objetos simbólicos que conectan el sitio con esta importante etapa cultural.
Entre los hallazgos anteriores se incluyen un cráneo humano de 55.000 años, el más antiguo fuera de África, y dientes humanos de 40.000 años, destacando la importancia del sitio para entender la evolución humana y cultural.