Se esperaba que los líderes de la Autoridad Palestina se reúnan hoy para decidir medidas contra Israel tras la demolición de viviendas árabes ilegales en la aldea de Sur Baher, en las afueras de Jerusalén, el domingo.
En las cámaras del presidente palestino Mahmoud Abbas, la reunión fue descrita como “un momento decisivo” que redefinirá la relación de la organización con Israel.
“A la luz de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos por parte de Israel, incluyendo la retención de los ingresos fiscales palestinos, la continuación del programa de poblados destructivos y la destrucción de las viviendas de los ciudadanos palestinos, Abbas convocó una reunión urgente en la que se tomarán decisiones importantes”, dijo el portavoz de Abbas, Nabil Abu Rudeineh.
En una conferencia de prensa ofrecida por Saeb Erakat, Secretario General de la OLP, se refirió a las posibles medidas que podrían decidirse el jueves: “Los líderes palestinos están discutiendo cómo cancelar todos sus acuerdos con Israel”, dijo Erakat.
“La OLP anuncia el fin de la cooperación con los tribunales israelíes y hace un llamamiento a la Corte Internacional de Justicia para que inicie inmediatamente una investigación contra Israel”, dijo Erakat, añadiendo que la OLP “ha hablado con la ONU y la UE en relación con los crímenes israelíes”.
La OLP tiene varias herramientas que puede utilizar para presionar a Israel, una de las cuales es poner fin a su cooperación en materia de seguridad con las fuerzas de seguridad israelíes o limitarla, como había hecho durante la crisis diplomática que siguió a la crisis del Monte del Templo de 2017, pero reanudó la cooperación poco después.
La OLP anunció que pondría fin a la cooperación en materia de seguridad con Israel en otras ocasiones, pero la decisión nunca se aplicó realmente y, de hecho, la cooperación entre Israel y la OLP solo se ha fortalecido.
Otra opción para que la OLP sancione a Israel es anunciar que no reconocerá a Israel mientras no reconozca al Estado palestino, anunciado por la OLP en la ONU. Sin embargo, este es también un movimiento que no tiene ningún impacto más allá de la diplomacia.
La OLP también puede decidir reanudar los esfuerzos para iniciar y sumarse a los tratados y organizaciones internacionales para denunciar a Israel, como lo ha hecho en el pasado.
Por último, puede apelar a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, como ha hecho antes, pero sin resultados aparentes hasta ahora.
A pesar de las opciones aparentemente limitadas de que dispone la OLP, Israel sería prudente no desestimar los tonos amargos que ha adoptado la organización; podría sorprenderse a sí misma, como ocurrió cuando Ramallah se negó a aceptar los ingresos fiscales deducidos de Israel, lo que causó serias preocupaciones sobre una posible crisis financiera que podría conducir a la violencia contra Israel.
Riyad Mansour, el observador de la OLP en las Naciones Unidas, calificó las demoliciones de Sur Baher como una limpieza étnica, una transferencia forzosa de poblaciones y un crimen de guerra.
“¿Es éste el precio del fallido taller económico de Bahrein, que ignoró la causa fundamental del conflicto: una ocupación de 50 años de antigüedad?
“Cuando la gente vive en paz, a pesar de la opresión, sus casas son demolidas bajo excusas ilegales y falsas. ¿Cómo contribuye esto a mejorar la vida, el respeto y la estabilidad (en la región)?