El líder del gabinete de la Autoridad Palestina (AP), Mohammad Shtayyeh, dijo el sábado que el Consejo Nacional Palestino y el Comité Ejecutivo de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) revisarán todos los acuerdos firmados con Israel.
Hablando en una comida Iftar, que termina el ayuno diario del Ramadán, con las familias de los terroristas muertos y los encarcelados en Israel, Shtayyeh dijo que “es imposible seguir reconociendo a Israel mientras no nos reconozca a nosotros”.
“Israel está luchando contra nosotros en la narrativa. Quiere falsificar nuestra narrativa sobre Al-Aqsa para hacer que la narrativa judía sea dominante. Pero por mucho que lo intente, nunca falsificará la historia porque estamos arraigados en esta tierra”, él continuó.
Hizo un llamado a los árabes palestinos en la diáspora para que vinieran a “Palestina” a invertir en ello.
El miércoles, la oficina de asuntos exteriores de la Autoridad Palestina hizo un llamado a las Naciones Unidas, y específicamente a la UNESCO y al Consejo Mundial de Viajes y Turismo, para que asuman la responsabilidad legal y moral de las excavaciones arqueológicas de Israel en “tierras palestinas ocupadas” y establezcan una comisión internacional de investigación sobre este “problema”.
En una declaración, el buró advirtió a los arqueólogos de todo el mundo que no participen en este “crimen” porque su posible participación en las excavaciones podría tener un significado legal y dañar su expediente académico.
Además, la oficina de asuntos exteriores de la Autoridad Palestina exigió que los museos del mundo examinen cuidadosamente todos los hallazgos arqueológicos originados en Israel y se nieguen a aceptarlos si fueron “robados” de la “tierra palestina ocupada”.
La oficina también destacó que las excavaciones arqueológicas realizadas por Israel son una violación flagrante del derecho internacional, que prohíbe que el Estado “ocupante” elimine los hallazgos arqueológicos del “territorio ocupado”.
La oficina de asuntos exteriores de la Autoridad Palestina afirmó que Israel busca explotar las excavaciones arqueológicas como un medio para falsificar hechos e historia de una manera que sirva a la narrativa de la “ocupación colonialista”.