Riyadh Al-Maliki, el «ministro de relaciones exteriores» de la Autoridad Palestina, hizo un llamado a los Estados árabes para que implementen las resoluciones de la Liga Árabe y tomen las medidas necesarias para actuar contra cualquier Estado que reconozca a Jerusalén como la capital de Israel o traslade su embajada a Jerusalén.
En una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe, Al-Maliki dijo que los árabes palestinos no renunciarán a esta posición.
«Nunca abandonaremos nuestra tierra. Defenderemos nuestros derechos hasta que nos demos cuenta de ellos, pero la firmeza del pueblo palestino no se logrará sin el apoyo de nuestros hermanos árabes», dijo.
Al-Maliki exigió que la Liga Árabe respondiera a las afirmaciones del Primer Ministro Benjamin Netanyahu de que la paz con «Palestina» no es una condición para la paz con los árabes.
Mencionó las decisiones de la cumbre árabe en Beirut en 2002 que condicionaron el reconocimiento de Israel para alcanzar un acuerdo de paz sobre la base del retiro total y la realización del «derecho de retorno».
Los comentarios se producen en medio de informes de acercamiento entre Israel y algunos Estados árabes. Netanyahu visitó Omán recientemente, al igual que el ministro de Transporte, Israel Katz, quien presentó planes para vincular el Mediterráneo con el Golfo a través del estado judío.
Uno de los países a los que, según informes, Israel se ha estado acercando es Arabia Saudita, pero el reino ha negado en repetidas ocasiones los informes de acercamiento con Israel.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Adel Al-Jubeir, dijo recientemente que “el Reino dejó en claro su posición sobre el tema palestino que se basa en la Iniciativa de Paz Árabe”.
La Iniciativa de Paz Árabe, revelada por Arabia Saudita en 2002 y respaldada en la cumbre de la Liga Árabe de 2007, estipula que 22 países árabes normalizarán los lazos con Israel a cambio de una retirada israelí de Judea y Samaria.
Israel hasta la fecha ha rechazado la propuesta saudí de 2002 debido a que pide que Israel acepte el llamado «derecho de retorno» para millones de descendientes de árabes que huyeron del Israel preestatal, lo que efectivamente pondría fin al Estado judío.