La Autoridad Palestina rechazó formalmente el miércoles una invitación a una conferencia de paz encabezada por Estados Unidos en Bahrein el próximo mes, donde se espera que Washington revele los aspectos económicos de su tan esperado plan de paz en Oriente Medio.
La reunión está prevista del 25 al 26 de junio en la ciudad capital de Manama. La Autoridad Palestina había indicado anteriormente que no participaría en el evento, pero no se había negado oficialmente.
“Este es un anuncio oficial de que Palestina no asistirá a la reunión de Manama. Esta es una posición colectiva palestina, desde el presidente Mahmoud Abbas y el Comité Ejecutivo de la OLP hasta todos los movimientos y facciones políticas palestinas, figuras nacionales, sector privado y sociedad civil”, dijo el negociador de la Autoridad Palestina, Saeb Erekat, en un comunicado.
Erekat agregó que la Autoridad Palestina no estaba enviando un representante de ningún tipo para negociar en su nombre.
“Los interesados y [que] quieren servir los intereses del pueblo palestino deben respetar esta posición colectiva”, dijo.
La Casa Blanca anunció que lanzará la primera fase de su propuesta de paz en una cumbre centrada en los aspectos económicos que el enviado estadounidense para Medio Oriente, Jason Greenblatt, dijo que tiene el “potencial de desbloquear un futuro próspero para los palestinos”.
En su declaración, Erekat rechazó la afirmación de Greenblatt y dijo que “el potencial económico completo de Palestina solo puede lograrse poniendo fin a la ocupación israelí, respetando el derecho internacional y las resoluciones de la ONU”.
La Autoridad Palestina también ha criticado a los organizadores por excluir los temas políticos centrales de la agenda de la conferencia.
En declaraciones al Consejo de Seguridad de la ONU el miércoles, Greenblatt dijo que “sería un error para los palestinos no unirse a nosotros”.
“No tienen nada que perder y mucho que ganar si se unen a nosotros. Pero es, por supuesto, su elección”, dijo Greenblatt, quien está redactando la propuesta con el yerno de Trump, Jared Kushner.
Hasta ahora, el único hombre de negocios palestino que ha dicho que puede asistir a la cumbre es Ashraf Jabari, un empresario de Hebrón que tiene estrechos vínculos con la administración de Trump y los residentes israelíes y que se considera en gran parte fuera de la corriente principal palestina.
Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita también han dicho que enviarán delegaciones al evento.
Abbas cortó los lazos con la administración Trump en 2017 después de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Los palestinos imaginan al este de Jerusalén como la capital de su futuro Estado.
La Casa Blanca de Trump respondió con una serie de medidas punitivas, incluida la reducción de la asistencia a la Autoridad Palestina y la financiación del Organismo de las Naciones Unidas para los “Refugiados de Palestina” (UNRWA).
UNRWA presta servicios de educación, salud y alimentación a unos 5.3 millones de “refugiados palestinos” en Jordania, Líbano, Siria, la Franja de Gaza, la Ribera Occidental y el este de Jerusalén.
El enviado de la ONU para Medio Oriente, Nickolay Mladenov, también se dirigió al Consejo de Seguridad de la ONU, instando a los Estados miembros a no retirar el apoyo a los “refugiados palestinos”.
Aunque no mencionó el plan de paz de Trump, Mladenov advirtió que los esfuerzos para enfrentar la creciente crisis humanitaria en Gaza sin un marco para una solución política en el lugar estaban condenados al fracaso.
“El apoyo humanitario y económico es muy importante para las personas, y también es fundamental para crear un entorno propicio para negociaciones viables”, dijo de acuerdo con un comunicado de su oficina. “Sin embargo, la solución al conflicto sigue siendo fundamentalmente política. No hay atajos para una paz sostenible”, dijo.