La Autoridad Palestina condenó el domingo lo que describió como el allanamiento de las “fuerzas de ocupación israelíes” en la mezquita de Al-Aqsa y el “asalto” de los fieles musulmanes el primer día de la fiesta de Eid al-Adha.
Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, culpó a Israel por los violentos enfrentamientos en el Monte del Templo, diciendo que se trataba de “una gran provocación de los sentimientos musulmanes”, lo que escaló la situación y aumentó las tensiones que podrían arrastrar a la región a la violencia.
Abu Rudeineh subrayó que la mezquita de Al-Aqsa es una línea roja y que no se puede permanecer en silencio ante los repetidos ataques de “la ocupación y sus colonos”.
También dijo que Abbas envía su bendición a los árabes palestinos en Jerusalén por su firme oposición a los planes de la “ocupación”, y está pidiendo una intervención internacional y árabe urgente para frenar la agresión y la arrogancia de Israel.
Envió un mensaje de advertencia a Israel para que no siguiera dando luz verde a los “colonos” para que cometieran “crímenes” similares que pudieran convertir el conflicto político en un conflicto religioso.
Los comentarios llegaron horas después de que cientos de adoradores musulmanes se amotinaron en el Monte del Templo en un intento de impedir que los judíos visitaran el lugar sagrado en Tisha B’Av, el aniversario de la destrucción del primer y segundo Templo Sagrado.
Los alborotadores corearon consignas nacionalistas y se enfrentaron con la policía. Varios alborotadores resultaron heridos, informaron los medios de comunicación árabes.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu ordenó inicialmente que el Monte del Templo se cerrara a los visitantes judíos durante las horas de la mañana, pero el recinto se abrió más tarde para que los fieles judíos pudieran visitarlo brevemente.