Un enorme centro misionero cristiano en Jerusalén fue cerrado recientemente, tras años de esfuerzos por parte de una organización antiasimilación.
Funcionarios del grupo Yad L’Achim anunciaron que, tras casi dos años de intentos de cerrar el centro misionero de Jerusalén dirigido a los jóvenes -el mayor centro de este tipo en Israel-, habían conseguido que se cerrara la instalación.
La historia comenzó cuando llegó a Yad L’Achim la información de que Yariv Goldman, un conocido misionero, había creado un centro para jóvenes que llevaba el inocente nombre de “Adullam”.
Goldman y su equipo trataron de ocultar sus verdaderas identidades e intenciones, afirmando ser un “oído atento” para los jóvenes religiosos y haredi.
Yad L’Achim supervisó cuidadosamente las actividades del centro, al principio de forma subrepticia, pero los misioneros fueron cautelosos, lo que dificultó la obtención de pruebas incriminatorias. Sin embargo, al cabo de unas semanas, bajaron la guardia y fueron sorprendidos predicando el cristianismo a los jóvenes que llegaban al centro.
En ese momento, Yad L’Achim comenzó a operar abiertamente contra el centro. En primer lugar, publicó citas de predicadores cristianos de Estados Unidos que alababan a Goldman, concretamente su capacidad para llegar a la gente. “Yariv tiene un don especial, una habilidad para conectar con la gente”, dijo un predicador. “Tiene una habilidad única para dar sermones sobre Jesús”.
Algunas de estas citas aparecieron en el sitio web en inglés del grupo misionero para ayudar a Goldman a recaudar fondos de iglesias y donantes cristianos en el extranjero para sus actividades entre los jóvenes judíos. Fueron borradas del sitio tan pronto como Yad L’Achim las hizo públicas.
Mientras tanto, los activistas de Yad L’Achim que tomaron posiciones en Adullam para alertar a los que entraban en el lugar sobre su verdadera agenda. También trabajó para conseguir que otros centros juveniles de Jerusalén rompieran sus vínculos con Adullam. Por último, presionó al propietario del centro para que pusiera fin a su contrato con los misioneros.
La asistencia disminuyó y, el mes pasado, el propietario del edificio informó a Goldman de que rescindía el contrato de alquiler a partir del 10 de agosto, a pesar de las grandes pérdidas que estaba sufriendo.
Poco después de que los misioneros fueran desalojados, el propietario envió a Yad L’Achim una foto del cartel de “Se vende” que había colocado en el exterior de las instalaciones, con una nota que decía: “Hice mi sacrificio, y rezo a Hakadosh Baruj Hu para que me restituya rápidamente”.