La comunidad judía tiene una particular afinidad por las historias de superación y personajes que vencen la adversidad. En fechas recientes, se celebró una de las festividades que mejor representa esta narrativa: el recuerdo de los Macabeos y su lucha frente a Antíoco y el ejército griego.
El fichaje de Spencer Horwitz por los Piratas de Pittsburgh, realizado el pasado 10 de diciembre, parece encajar perfectamente en esta tradición de desafiar las expectativas. Seleccionado en la ronda 24 del Draft de 2019, en una época en la que ese evento contaba con más rondas que las actuales 20, proviene de la Universidad de Radford.
Esta institución apenas ha producido cuatro jugadores que han alcanzado las Grandes Ligas. Ahora, llega a Pittsburgh como parte de un intercambio con los Toronto Blue Jays, tras una campaña en la que conectó 12 jonrones en 2024. Sin embargo, su camino hasta este punto ha estado marcado por la necesidad constante de demostrar su talento en cada etapa de su carrera. Su debut en las Grandes Ligas llegó a los 25 años, en 2023, y recién el año pasado obtuvo la oportunidad de jugar con regularidad. A través de este recorrido, ha fortalecido el vínculo con sus raíces judías y desarrollado una comprensión más profunda de lo que significa superar adversidades.
“Es algo que no había valorado del todo hasta hace poco”, comentó Horwitz en una conferencia con periodistas de Pittsburgh. El jugador relató que su experiencia representando a Israel en competiciones internacionales le permitió conectar con muchas personas y apreciar la historia de resiliencia del pueblo judío. “El pueblo judío ha superado tantas cosas, y espero inspirar a otros a hacer lo mismo”, expresó.
En su brazo izquierdo lleva tatuado un mensaje claro: “Sigue adelante”. Esta frase ha guiado su trayectoria, y ahora busca consolidarse como el primera base titular de los Piratas en 2025. Nacido y criado en Baltimore, creció en un hogar judío. Sus padres se separaron cuando tenía 12 años, por lo que no celebró su bar mitzvah. No obstante, asistió a varios gracias a sus primos y siempre sintió orgullo por su identidad judía.
“Siento que pertenezco a esa comunidad. Es mi hogar”, afirmó Horwitz, refiriéndose a sus lazos con el judaísmo. Sin embargo, en su paso por la Universidad de Radford, en el suroeste de Virginia, descubrió que su religión era menos común en esa región.
Compañeros y amigos a menudo le decían que era la primera persona judía que conocían. Conforme avanzaba en las divisiones menores de los Blue Jays, se volvió más conocido entre quienes siguen a jugadores judíos en el béisbol profesional.
Tras ser elegido en el Draft, Horwitz debutó en las menores con un promedio de bateo de .307. Su ascenso continuó en 2021, cuando alcanzó Doble-A con un promedio de .294 y un OPS de .862. Después de una destacada actuación en la Liga de Otoño de Arizona ese año, avanzó a Triple-A en 2022, el nivel más alto de las ligas menores. Durante 2023, jugó casi toda la temporada en Triple-A Buffalo, logrando sus mejores estadísticas hasta ese momento: .337 de promedio de bateo, .450 de porcentaje de embasado y .495 de slugging. Esto le valió su primera convocatoria a las Grandes Ligas.
Antes de su debut, tuvo una oportunidad especial: representar a Israel en el Clásico Mundial de Béisbol 2023. Vestir la camiseta azul y blanca en el LoanDepot Park de Miami marcó su primera experiencia en un estadio de Grandes Ligas.
Israel logró clasificarse para la edición de 2026 al vencer a Nicaragua, y Horwitz no descarta volver a jugar para el equipo en esa ocasión. A día de hoy, sigue en contacto con sus compañeros del Equipo de Israel a través de un chat grupal que se mantiene activo desde ese torneo.
Para quienes no conocían a Horwitz antes del Clásico Mundial de Béisbol, su participación en ese evento lo puso en el radar de muchos aficionados judíos. Después del torneo, recibió numerosas invitaciones a bar mitzvah y cenas de Pésaj. Aunque todavía no ha aceptado ninguna, mantiene abiertas sus redes sociales para interactuar con los seguidores.
“Recibí algunos mensajes directos por Instagram y estuve a punto de aceptar alguna de esas invitaciones”, reveló el jugador. “No hay nada como una buena comida casera y compartir tiempo con una familia. Quizá lo haga en el futuro”, añadió con una sonrisa.
Más allá de estos encuentros sociales, Horwitz está concentrado en demostrar su valía ante los fanáticos de los Piratas. Confía en que su experiencia previa con Jared Triolo y Alika Williams, actuales jugadores de los Piratas, durante su paso por la Liga de Cape Cod en 2018 le ayude a integrarse mejor al equipo. Además, cuenta con una ventaja importante: su relación con Matt Hague, nuevo entrenador de bateo del equipo, quien trabajó en la organización de los Blue Jays durante toda la carrera profesional de Horwitz.
“Me siento orgulloso de lo que he logrado hasta ahora, pero aún no estoy satisfecho”, aseguró Horwitz, dejando en claro que su ambición sigue intacta. “Quiero lograr mucho más en este deporte, y espero hacerlo vistiendo los colores negro y dorado”.