El gobierno de Estados Unidos condenó recientemente las aprobaciones otorgadas por Israel para la construcción de nuevas viviendas en Judea, señalando que estos asentamientos representan un obstáculo para alcanzar la paz en la región.
Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., declaró que “Los asentamientos siguen siendo un obstáculo para la paz. Los asentamientos siguen siendo incompatibles con el derecho internacional”.
Esta declaración refleja la postura de EE. UU. reafirmada por el Secretario de Estado, Antony Blinken, quien ya había criticado las intenciones de Israel de construir miles de nuevas viviendas para judíos en Judea, una decisión que recibió luz verde el día de hoy.
La administración actual de EE. UU., al calificar estas construcciones como contrarias al derecho internacional, retoma una política previamente abandonada por la gestión anterior, marcando un rechazo a la expansión de los asentamientos.
Según Miller, “estos asentamientos no solo perjudican al pueblo palestino, sino que, en última instancia, debilitan la seguridad de Israel y debilitan las perspectivas de un acuerdo duradero que proporcione paz y seguridad reales al pueblo israelí”.