Un funcionario israelí manifestó a The Jerusalem Post que Israel está decidido a ganar la guerra, mientras que Estados Unidos aboga por su conclusión, tras la oposición expresada por la Administración Biden hacia una extensa operación militar israelí en Rafah. “Los estadounidenses quieren que la guerra termine, y nosotros queremos ganar la guerra. Y espero que esas dos cosas puedan converger”, declaró el funcionario.
En una llamada previamente programada, pero que ocurrió horas después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) empezaran a evacuar a los palestinos del este de Rafah y tomaran control del cruce de Rafah, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su oposición a la operación de Rafah al primer ministro Benjamin Netanyahu.
Israel sostiene que la operación de Rafah es crucial tanto para presionar en las negociaciones por la liberación de 132 rehenes restantes como para asegurar el cese de la guerra y la derrota completa de Hamás. A pesar de que Estados Unidos respalda la derrota de Hamás, prefiere evitar una gran operación militar israelí.
“La conversación entre Biden y Netanyahu fue mejor de lo que esperaba. Fueron muy sinceros el uno con el otro. Teníamos muy claro lo que pretendíamos hacer. Tenían muy claro lo que querían”, indicó el funcionario israelí.
Posterior a la llamada, tanto John Kirby, asesor de Comunicaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos, como Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, expresaron su oposición a una operación en Rafah durante sesiones informativas con periodistas. Kirby destacó: “Hemos dejado en claro nuestros puntos de vista sobre las operaciones en Rafah que podrían poner en mayor riesgo a más de un millón de personas inocentes”.
El funcionario israelí subrayó que Estados Unidos no se opone a cualquier operación, sino a una de gran envergadura. “No están en contra de derrotar a Hamás, ni en contra de eliminar a los líderes de Hamás, pero quieren que la guerra termine, y nosotros también queremos que la guerra termine con nuestra victoria total”, explicó.
Finalmente, afirmó que el primer ministro y el gobierno israelí están comprometidos con alcanzar los objetivos de guerra de Israel: destruir las capacidades militares y de gobierno de Hamás, liberar a los rehenes y garantizar que Gaza no represente una amenaza para Israel y el mundo civilizado a futuro.