La semana pasada vi un artículo sobre por qué “Israel debería reconsiderar su relación con Azerbaiyán”, firmado por el director de comunicaciones de la región occidental del Comité Nacional Armenio de América.
Dejando a un lado la idea de un tercero dando consejos a dos países soberanos al otro lado del océano, me gustaría responder a este fino caballero. Después de cubrir esta región durante aproximadamente una década como periodista, creo que es importante explicar en breve y de la forma más sencilla posible por qué no hay razón para “reconsiderar” esta relación.
1. Energía
Azerbaiyán está situado en el Mar Caspio, rico en petróleo, y se sabe que Israel obtiene un buen tercio de su petróleo de Azerbaiyán. El oro negro viaja a través del oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC), y desde Turquía se envía a Israel.
Al estar rodeado de entidades hostiles, Israel le da mucha importancia a la seguridad energética. La crisis del petróleo de 1973 nos enseñó una gran lección, y esto hizo que Israel buscara una estrecha relación con Azerbaiyán, que se convirtió en uno de nuestros más importantes proveedores de petróleo.
2. La amenaza iraní
Seamos claros, Irán es una verdadera amenaza para Israel. Irán pide la destrucción de Israel. Un segundo Holocausto es el verdadero deseo de los líderes iraníes. El régimen de los ayatolás acercó a Israel y Azerbaiyán y convirtió a estos países en aliados naturales, ya que ambos ven a Irán como una amenaza existencial.
Después de todo, no somos el único Estado amenazado por él. Teherán teme que su considerable minoría azerí pueda tener aspiraciones de independencia, lo que constituye la base de sus relaciones con Bakú. Por ello, Azerbaiyán está muy interesado en afianzar su relación con el Estado judío.
3. Armas y tecnología
La alianza entre los Estados también se solidifica por una estrecha cooperación militar. Azerbaiyán es uno de los mayores importadores de equipo militar israelí. En los últimos años, según el presidente Ilham Aliyev, Azerbaiyán ha comprado a Israel armas y sistemas de defensa por valor de al menos 5.000 millones de dólares.
Además, Israel comparte con Azerbaiyán muchas de sus innovaciones tecnológicas. Docenas (si no cientos) de empresas israelíes de alta tecnología, médicas y agrícolas operan en todo el país. Es una asociación mutuamente beneficiosa que funciona extremadamente bien para ambas partes.
4. Israel necesita que Azerbaiyán sea fuerte
El floreciente y seguro Azerbaiyán no solo es el eficiente socio económico de Israel, sino también nuestros ojos y oídos en Teherán. Sin embargo, Azerbaiyán tiene sus propios problemas. Las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán vuelven a aumentar.
El 12 de julio se produjo un estallido entre ambos países en la región de Tavish, y los funcionarios de Erevan han acusado a Bakú de lanzar un ataque contra ellos la semana pasada. A pesar de ser bastante neutrales en esta cuestión, hay que recordar que el derecho internacional está claramente del lado de Azerbaiyán.
Desde 1991, Armenia controla Nagorno-Karabaj, alrededor del 20% del territorio de Azerbaiyán. Aproximadamente un millón de ciudadanos de Azerbaiyán se han convertido en refugiados debido a este conflicto. Y los armenios saben que mientras Israel siga siendo amigo y aliado cercano de Azerbaiyán, el ejército azerbaiyano siempre podrá defender su territorio y proteger a sus ciudadanos.
5. Asociación no árabe
Como siempre, Israel cultiva amistades con los no árabes en su periferia regional. Irán fue el aliado tácito de Israel durante la era del sha de Irán. Turquía fue y sigue siendo un socio muy importante de Israel, por no mencionar a nuestros mayores amigos de la región: Grecia y Chipre. Los países pequeños necesitan tantos aliados como puedan conseguir, y Azerbaiyán es definitivamente un aliado importante.
Para concluir: Israel fue uno de los primeros países en reconocer este Estado caucásico poco después de que declarara su independencia en 1991. Desde la independencia de Azerbaiyán hace casi 30 años, las relaciones entre el Estado judío y el musulmán chiíta han crecido y florecido. Ambos tienen que vigilar de cerca a Irán; ambos tienen cosas que el otro quiere. Y la relación ha funcionado durante décadas. No hay razón para “repensar” esta relación, porque francamente, es una de las mejores que hay.