El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, instó el jueves a Israel a cooperar en la extradición de un ex investigador superior fugitivo buscado en relación con la desaparición de 43 estudiantes en 2014.
México quiere que Israel detenga a Tomás Zerón, que dirigía la Agencia de Investigación Criminal, por las acusaciones de graves irregularidades en la investigación de una de las peores tragedias de derechos humanos del país.
«Espero que el gobierno de Israel actúe con respeto a los derechos humanos, porque se está solicitando la extradición de este funcionario público, entre otras cosas, por actos de tortura», dijo López Obrador a los periodistas en una reunión informativa una semana después de que se informara de que Israel estaba retrasando el caso de extradición.
Zerón es buscado por cargos de comprometer una investigación sobre la desaparición de 43 estudiantes en 2014. También se le acusa de malversar más de 50 millones de dólares y de torturar a sospechosos.
Zerón huyó de México después de que se reabriera el caso del secuestro masivo, tras la elección de López Obrador en 2019. Desde entonces se encuentra en Israel y ha solicitado asilo.
Según un informe del New York Times de la semana pasada, funcionarios israelíes familiarizados con la petición de Zeron dijeron que Zeron afirma que está siendo perseguido como parte de un esfuerzo del presidente mexicano en funciones para vengarse de su predecesor Enrique Peña Nieto.
Israel no ha respondido a las peticiones mexicanas de extradición ni le ha concedido asilo, según el informe.
En declaraciones al New York Times, Alejandro Encinas, subsecretario mexicano de Derechos Humanos, acusó a Zerón de haber recibido ayuda de empresas israelíes con las que está vinculado, como la controvertida empresa de inteligencia privada NSO Group, cuyo software de espionaje el fugitivo habría autorizado a utilizar.
NSO negó haber ayudado a Zeron y, según el informe, Encinas no aportó ninguna prueba directa de la acusación. Una investigación de los medios de comunicación internacionales denominada «The Cartel Project» informó en diciembre de que había huido a Israel con ayuda de sus contactos en la industria de la cibervigilancia del país.
La desaparición de los 43 estudiantes de magisterio conmocionó a México y provocó protestas masivas contra el gobierno del entonces presidente Peña Nieto.
Los estudiantes habían tomado cinco autobuses para viajar a una manifestación, pero fueron detenidos por policías corruptos en la ciudad de Iguala, Guerrero, y entregados a un cártel de la droga.
En un principio, la fiscalía dijo que el cártel confundió a los estudiantes con miembros de una banda rival y los mató antes de incinerar sus cuerpos en un vertedero y arrojar los restos a un río.
Sin embargo, expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos rechazaron la conclusión del gobierno, y las familias de las víctimas siguen exigiendo respuestas.