México ha manifestado su preocupación ante Israel por la falta de progreso en la extradición de Tomás Zerón, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal.
Zerón es acusado de serias irregularidades durante la indagación sobre la desaparición de 43 estudiantes en 2014, un suceso considerado como una de las peores tragedias de derechos humanos en México.
Este estancamiento amenaza las relaciones diplomáticas entre ambos países, que carecen de un tratado de extradición. Zerón niega las acusaciones que incluyen secuestro, tortura, manipulación de evidencia y malversación de fondos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México señala que este caso podría convertirse en un “factor irritante y perturbador” con Israel, interpretando la inacción como una protección a Zerón. Él fue uno de los principales promotores de la “verdad histórica” del gobierno en 2015, versión oficial rechazada por los familiares de las víctimas.
Los estudiantes desaparecieron mientras viajaban a una manifestación, supuestamente secuestrados por un cártel en complicidad con policías corruptos. La exactitud de los hechos aún es incierta, pero una comisión de la verdad ha descrito el evento como un “crimen de Estado”, implicando a militares por acción o negligencia.