Dos ministros del partido Hogar Judío y otro del partido gobernante Likud felicitaron el viernes al ex embajador de Estados Unidos en la ONU, John Bolton, por su nombramiento como nuevo asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Donald Trump.
El ministro de Educación, Naftali Bennett, tuiteó que era un «gran nombramiento» y que Bolton, considerado un halcón de la política exterior que se opone al acuerdo nuclear con Irán, era un «amigo leal de Israel».
El ministro de Medio Ambiente, Ze’ev Elkin, de Likud, dijo que Bolton «no era desconocido para Israel».
«Ha sido, indudablemente, un amigo de Israel durante muchos años, incluso en su cargo de embajador de Estados Unidos ante la ONU», dijo Elkin a la estación de radio 102 FM de Tel Aviv. «No tengo dudas de que será cómodo para nosotros trabajar con él».
La ministra de Justicia, Ayelet Shaked, publicó en hebreo que «el presidente Trump sigue designando a verdaderos amigos de Israel para altos cargos. John Bolton es uno de los más destacados».
Ella elogió a Bolton como un «excelente nombramiento» que trajo al trabajo «gran experiencia y pensamiento original». Agregó que «la administración Trump está emergiendo como la administración más comprensiva hacia Israel de todos los tiempos».
El viceministro de Diplomacia, Michael Oren (Kulanu), también dio la bienvenida al nombramiento de Bolton, diciendo que eso marcaba el final del acuerdo nuclear de Irán y una línea más dura hacia los palestinos.
«Los días del acuerdo nuclear, que es terrible en su forma actual, están llegando a su fin», dijo a medios de comunicación en idioma hebreo.
«A partir de ahora, Abu Mazen tendrá que pensar dos veces antes de decidir escupir al presidente Trump o a sus representantes», dijo, refiriéndose al presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas.
Trump anunció en un tweet que Bolton, un ex embajador de la ONU, iba a reemplazar al General H.R McMaster, en un movimiento que los expertos dijeron, pone el futuro del acuerdo con Irán era una seria duda.
Se esperaba que McMaster se fuera más tarde este año, por lo que su salida no fue una sorpresa. Pero la nominación de Bolton ha asombrado a gran parte de Washington.
Defensor de la guerra de Iraq, también ha defendido los ataques preventivos contra Corea del Norte y el cambio de régimen en Irán, convirtiéndolo en un atípico incluso entre los republicanos.
Su nombramiento se había visto ferozmente opuesto por muchos dentro del círculo interno de Trump, sobre todo el círculo de oficiales militares que rodean al presidente.
Bolton, un veterano de la administración de George W. Bush, ahora tendrá un papel central en la elaboración de la política exterior de EE.UU, incluidos los debates de arbitraje entre los espías, soldados y diplomáticos de Estados Unidos.
Pero su papel más potente será enmarcar las decisiones de seguridad que llegan al escritorio de Trump.
Su acercamiento al poder estadounidense coincide perfectamente con la retórica de Trump, aunque los dos no siempre han estado de acuerdo sobre las guerras en el extranjero.