El ganador del concurso del metro ligero de Tel Aviv, uno de los mayores y más complejos de la historia de Israel, estaba previsto que se anunciara en junio, pero una fuente conocedora del asunto dijo que es probable que el Sistema Metropolitano de Transporte Masivo (NTA), la empresa financiada por el gobierno encargada de diseñar y construir el metro ligero, dé a conocer su decisión en las próximas semanas.
La mayoría de los grupos que compiten por el multimillonario acuerdo incluyen empresas chinas.
A principios de esta semana, un alto funcionario diplomático israelí dijo que Israel informaría al gobierno de EE.UU. sobre cualquier acuerdo importante con China, especialmente en el ámbito de las infraestructuras y la tecnología, y que lo reconsideraría a petición de Washington.
Esta política se produce en medio de las advertencias de EE.UU. de que las inversiones chinas podrían provocar fallos de seguridad.
El gabinete de seguridad y los ministerios de Defensa, Seguridad Pública y Asuntos Exteriores han entablado debates sobre cómo debe actuar Israel ante el aumento de las tensiones entre Washington y Pekín.
Rechazar repetidamente a las empresas chinas podría provocar una gran crisis con Pekín y hacer que China, tercer socio comercial de Israel, cortara sus relaciones económicas. Sin embargo, si un grupo que incluye empresas chinas gana la licitación, la noticia podría tensar las relaciones con la administración Biden.
Israel está del lado estadounidense si tiene que elegir un bando, y no se peleará con Washington por China, dijo el lunes el alto funcionario diplomático, pero preferiría permanecer bajo el radar para no perder negocios e inversiones de China.
Uno de los grupos que compiten por el acuerdo del tren ligero es la Compañía China de Construcción de Ferrocarriles. Una de sus filiales, la Corporación de Construcción de Ingeniería Civil de China, excavó el túnel de Gilon en el norte en 2014 con un coste de unos 200 millones de dólares, trabajó como subcontratista en el proyecto del túnel de Carmel por unos 150 millones de dólares en 2010 y, desde hace un par de años, trabaja en la línea roja del tren ligero de Tel Aviv por un importe de 500 millones de dólares.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió en junio una orden ejecutiva por la que se prohibía a estas empresas recibir cualquier inversión estadounidense, debido a sus presuntos vínculos con la industria de defensa china.