Alemania afirma haber avanzado en la reducción de su dependencia de la energía rusa, un cambio estratégico que la mayor economía europea ha emprendido desde que Rusia invadió Ucrania.
Los suministros rusos representan ahora el 12 % de las importaciones de petróleo de Alemania, frente al 35 % anterior, dice el Ministerio de Economía en un comunicado.
El carbón procedente de Rusia también se ha reducido al ocho por ciento, frente al 45 % de las compras de Alemania anteriormente.
La dependencia del gas sigue siendo considerable, pero la mayor economía europea también ha reducido sus fuentes rusas al 35 % del total, frente al 55 % anterior a la agresión rusa en Ucrania.
En marzo, el Gobierno había trazado planes para reducir a la mitad las importaciones de petróleo de Rusia para junio y poner fin a las entregas de carbón para el otoño.
También se espera que Alemania pueda desprenderse en gran medida del gas ruso a mediados de 2024.
“Todos estos pasos que hemos dado exigen un enorme efecto de todos los actores y también suponen costes que se dejan sentir en la economía y los consumidores”, afirma el ministro de Economía, Robert Habeck.
“Pero son necesarias si no queremos seguir siendo chantajeados por Rusia”, subraya.
La dependencia de la mayor economía europea de la energía rusa ha quedado expuesta como un talón de Aquiles cuando los aliados occidentales se apresuran a penalizar a Vladimir Putin por su ataque a Ucrania.
Desde entonces, el gigante de las exportaciones se ha apresurado a buscar proveedores de energía alternativos para sustituir los contratos rusos.