La demanda de vuelos chárter, incluidos aviones privados que cuestan hasta 50.000 dólares por viaje, aumenta a medida que la gente se apresura a salir de Israel, declaró el viernes a Reuters el director general de LunaJets, con sede en Suiza.
A los mortíferos ataques de militantes de Hamás contra Israel han seguido bombardeos israelíes de represalia contra Gaza y una concentración de tanques en torno a su frontera. Algunos gobiernos, como los de Estados Unidos, Francia y Alemania, están evacuando a sus ciudadanos en vuelos chárter, pero algunos aviones están llenos y otros han sido cancelados mientras las compañías aéreas luchan contra los riesgos.
“Todas son peticiones inmediatas. Tenemos que irnos, tenemos que salir. No se trata de si estoy listo para volar el martes a las dos de la tarde. Se trata de cuándo podemos irnos”, declaró a Reuters Eymeric Segard, consejero delegado y fundador de LunaJets, empresa de intermediación de jets privados.
A menudo, los pasajeros no están preocupados por ningún destino en particular, limitándose a decir algún lugar de Europa central. “Solo dicen: ‘Llévame’”, explica.
En una semana normal, la empresa, con sede en Ginebra, operaría uno o dos vuelos chárter a Tel Aviv, pero esta semana tiene previstos diez, con unos 500 pasajeros, a destinos como París, Dubai y Ginebra. La empresa también ha recibido solicitudes de vuelos desde Ammán (Jordania) y Beirut (Líbano).
La empresa tiene práctica en la evacuación de Afganistán
“La gente está intranquila”, afirmó.
LunaJets y la empresa relacionada Luna Group Charter participaron en las evacuaciones de Afganistán tras la toma del poder por los talibanes en 2021 y también llevaron ayuda tras el terremoto de Marruecos del mes pasado.
“Tenemos esta experiencia y eso es lo que nos ayuda a hacer que estos vuelos se produzcan y se produzcan rápidamente”, dijo Segard.
Los precios de un jet privado de seis a ocho plazas con salida de Tel Aviv -unos 40.000 dólares a Dubai y 50.000 dólares a Europa- son entre un 5 y un 10% más elevados que en épocas normales, un coste que, según Segard, se justifica por el seguro de guerra que a veces piden los operadores y por otras dificultades, como encontrar un avión u obtener permisos.