El mercado inmobiliario de Israel experimentó un descenso desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, con una disminución de la demanda de espacio de oficinas y mano de obra, por un lado, y una afluencia de interés por parte de los compradores judíos estadounidenses por el otro.
Según Yehuda Katav, jefe de la Asociación de Contratistas y Constructores de Tel Aviv y la región central de Israel, un tercio de los hogares que pagaban hipotecas solicitaron la congelación de los pagos durante la pandemia de coronavirus.
“No sabemos cuántas de ellas son parejas jóvenes actualmente desempleadas debido a la crisis”, afirmó, añadiendo que el país “se enfrentaría al caos y a un baile de tontos a menos que se cambien las regulaciones actuales”.
Por ejemplo, Katav mencionó que la tasa de interés de la hipoteca es actualmente de alrededor del 3%. Preguntó por qué las parejas jóvenes no tienen permiso para deducirlo como gasto deducible de impuestos hasta que el país pase la crisis.
Las empresas de construcción también necesitan trabajadores, señaló, ya que “los israelíes no están dispuestos a hacer el trabajo sucio en la construcción”.
Las regulaciones deben ser cambiadas para permitir traer más trabajadores de Judea y Samaria y otros lugares, indicó Katav.
“Nadie se infectó con coronavirus en una obra en construcción”, manifestó, sin proporcionar datos que lo corroboren. “Los infectados fueron trabajadores chinos que fueron a ver a sus amigos” en el país. “Construimos menos apartamentos ahora, así que los precios se dispararán eventualmente a menos que se cambien las regulaciones”.
La Autoridad de Tierras de Israel decidió en el 2015 que los proyectos de renovación urbana irán acompañados de permisos de construcción en terrenos de propiedad estatal en la zona, pero la decisión no se tradujo en proyectos de construcción, explicó Katav.
“¿De qué sirve una política que no se lleva a cabo?” preguntó. “Las parejas jóvenes que compraron un apartamento bajo el plan Moshe Kahlon piden que se levante la congelación de cinco años de la venta porque no pueden pagar la hipoteca. ¿Para esto era el plan? ¿Para permitir a la gente conseguir un apartamento barato y luego venderlo con una ganancia?”
Nehama Bogin, un tasador inmobiliario, expresó pensamiento similares.
“En marzo, vimos al mercado entrar en una fase de completo shock durante unos dos meses”, dijo.
Los alquileres de oficinas se vieron muy afectados, ya que el trabajo a distancia se convirtió en la norma. Bogin citó un complejo de oficinas en Tel Aviv que ahora ofrece espacio a la mitad del costo solo para cubrir gastos.
“Muchas empresas trabajan ahora en el modelo de ‘asiento caliente’“, mencionó, y añadió que “poca gente viene a la oficina, y el resto trabaja desde casa”. Cuando es necesario, estos dos grupos cambian de lugar.
Bogin duda que los viejos hábitos de trabajo, y la demanda de espacio de oficina, volverán alguna vez.
Pero Asy Ben-Amram de Dan Real Estate declaró que no está de acuerdo.
“El coronavirus no inventó algo nuevo”, señaló a The Jerusalén Post. “La gente de alta tecnología ya trabaja desde casa. Ahora, otras oficinas, como los bufetes de abogados y los servicios de contabilidad, también están dispuestos a hacerlo”.
Amram citó innovaciones en el campo del alquiler de oficinas, como una cláusula sobre el coronavirus que asegura que un cierre nacional significaría que las empresas no tendrían que pagar la misma cantidad de alquiler.
“Eventualmente todos queremos vestirnos elegantemente, dejar la casa e ir a trabajar”, indicó. “Podríamos ver a gente que se toma un día o dos a la semana para trabajar desde casa, pero las oficinas están aquí para quedarse”.
En cuanto a la decisión del Ministro de Finanzas, Israel Katz, de reducir los impuestos en la compra de segundos o más apartamentos, Bogin afirmó que está de acuerdo con la decisión, ya que esto “animará a los inversores, especialmente a los judíos de la diáspora que sienten que este es el momento perfecto para comprar en Israel”.
En respuesta a la difícil situación de las parejas jóvenes que no pueden permitirse un apartamento, manifestó: “Eventualmente veremos edificios modernos de renta controlada, ofreciendo a las familias un contrato de 15 a 20 años como se hace en otros países”.
La cultura israelí, anunció, está acostumbrada a la idea de tener un apartamento o tratar con un propietario, dos cosas que ella cree que pueden estar cambiando.
“Estamos viendo un aumento del 200% en las consultas sobre compras aquí debido a la COVID-19”, declaró al Post el director de ventas y marketing de Asden Israel, Yuval Schultz.
Esta es una reacción basada en el miedo, explicó, añadiendo: “En Israel, la gente se congeló”.
Para los judíos estadounidenses que ya estaban considerando comprar un apartamento en Israel, COVID-19 “actuó como un catalizador”, continuó Schultz.
Asden ofrece apartamentos de lujo en Jerusalén en Baka y la Colonia Alemana.
El CEO de Asden, David Bleeman, manifestó al Post que gracias a la COVID-19, su compañía comenzó a ofrecer tours digitales de sus apartamentos y tomas aéreas de proyectos de construcción tomadas con aviones no tripulados.
“Hay temor a cosas como las próximas elecciones en los Estados Unidos o un aumento del antisemitismo, y vivir aquí (Israel) se considera seguro”, mencionó de los estadounidenses que buscan comprar. “Veo gente que habría comprado una segunda casa en Florida hace unos años y ahora están cambiando de rumbo. Ahora ven un futuro positivo en Israel con sus hijos”.