El enorme dividendo anual de 75 mil millones de dólares de Saudi Aramco no puede financiar la creciente brecha presupuestaria de Arabia Saudita si los precios del petróleo se mantienen bajos más allá del 2021, dijo Moody’s en un informe esta semana.
El presupuesto saudí depende en gran medida de las regalías, los impuestos y, por supuesto, del dividendo de Saudi Aramco, que promete pagar 75 mil millones de dólares en dividendos anuales a sus accionistas, el mayor de los cuales es el Reino de Arabia Saudí con un 98%.
El mayor gasto del presupuesto saudí este año será compensado por la capacidad de Aramco de pagar dividendos, señaló Moody’s en su informe, pero se necesitarán recortes de gastos en 2021 y después de eso, especialmente si los precios del petróleo se mantienen bajos por más tiempo.
Hasta ahora, el gobierno saudí ha confiado en los dividendos de Aramco para cubrir una gran parte de su déficit presupuestario.
“Es poco probable que el gobierno pueda repetir la maniobra más allá del 2021”, afirmó Moody’s en el informe, tal y como lo llevó a cabo Bloomberg. Aramco tendrá sus propias necesidades de gastos de capital (capex) y su compromiso de comprar el gigante petroquímico SABIC para cuidarlo, según Moody’s.
A principios de esta semana, Moody’s asignó una calificación de emisor a largo plazo en escala nacional de Aaa.sa a la saudita Aramco, citando “una escala operativa excepcional, una integración significativa en la cadena de suministro y una fuerte flexibilidad financiera dada su estructura de bajo coste y apalancamiento en relación con los flujos de caja”.
Todo esto proporciona resistencia a la mayor empresa petrolera del mundo a través de los ciclos de precios del petróleo, pero Aramco está fuertemente vinculada al perfil crediticio de Arabia Saudita y se espera que permanezca en gran parte bajo propiedad del gobierno con el presupuesto del gobierno altamente dependiente de las contribuciones de la empresa en forma de regalías, impuestos y dividendos, indicó Moody’s.
Este año, la economía de Arabia Saudita ha recibido un doble golpe por la pandemia y la caída de los precios del petróleo, mientras que Aramco está tratando de contener el daño ya que se enfrenta a deudas crecientes después de la adquisición de SABIC y los bajos precios del petróleo.