El Banco de Israel decidió mantener la tasa de interés sin variaciones en un 4,5%, influido por el impacto económico de la guerra en curso con el grupo terrorista Hamás y los enfrentamientos con Hezbolá, respaldado por Irán.
En un comunicado, el banco central destacó que “la persistente incertidumbre geopolítica… está retrasando el retorno de la economía al nivel de actividad que la caracterizaba antes de la guerra”. Indicadores recientes sugieren un panorama mixto en el cuarto trimestre, con señales de leve debilitamiento en la actividad económica.
El Banco de Israel también señaló que, aunque la prima de riesgo del país ha disminuido, esta permanece alta en los mercados financieros.
Previo al anuncio, los economistas anticipaban la estabilidad de la tasa básica, aunque proyectan que los costos de endeudamiento para hipotecas y préstamos podrían disminuir el próximo año, alcanzando un 4% hacia finales de 2025, en línea con tendencias en Estados Unidos y Europa.
En enero, el Banco de Israel bajó las tasas de interés por primera vez en casi cuatro años, reduciéndolas 25 puntos básicos de 4,75% a 4,5%. Esto buscaba aliviar a hogares y empresas frente a los efectos de la guerra con Hamás y el descenso de la inflación. Desde entonces, las tasas no han variado, en un contexto de presión inflacionaria, tensiones regionales y mayores gastos de defensa.
La inflación anual en Israel cayó al 3,5% en septiembre, desde el 3,6% en agosto, tras subir en los meses previos. En octubre, se mantuvo en el mismo nivel, aún por encima del rango objetivo del gobierno, establecido entre el 1% y el 3%.
El banco subrayó que el futuro de la tasa de interés dependerá de factores como la convergencia de la inflación hacia su meta, la estabilidad financiera, la actividad económica y la política fiscal.