Argentina emerge como un nuevo gigante en producción de petróleo y gas de esquisto, a pesar de su actual crisis económica y política.
Argentina: Futuro prominente en petróleo y gas no convencional
Con indicativos de que se posicionará como un principal productor de gas no convencional y petróleo en la región, el potencial de Argentina se manifiesta en plena crisis financiera. La inflación ha alcanzado tres dígitos y un significativo porcentaje de la población enfrenta desempleo y pobreza.
La nación afronta elecciones presidenciales en octubre de 2023, con el economista libertario de extrema derecha, Javier Milei, emergiendo como favorito tras las primarias presidenciales.
Durante el 2020, Argentina incumplió con el pago de su deuda soberana. En 2022, ante una sequía sin precedentes que afectó la economía basada en el sector agrícola, se generó preocupación por un potencial nuevo impago.
La deuda soberana argentina y la frágil economía
La deuda soberana del país ha llegado a 400.000 millones de dólares, equivalentes a dos tercios del PIB de 2022, que suma 632.000 millones de dólares. Esta situación refleja el alto endeudamiento de Buenos Aires en un intento por mantener a flote su economía.
Para julio de 2023, la inflación alcanzó el 113 %, y se espera que el crecimiento anual del PIB sea apenas del 0,2 %. La inflación y el desempleo, junto con crisis económicas recurrentes, ejercen presión en el panorama político actual.
El recurso energético de Vaca Muerta se ha visto como una solución a los problemas económicos del país. Es por ello que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner nacionalizó el 51 % de YPF, perteneciente a la española Repsol.
Producción de esquisto en Vaca Muerta
YPF, tras su nacionalización, se ha convertido en el principal jugador en Vaca Muerta, controlando cerca del 40 % de esta formación de esquisto.
En junio de 2023, la producción fue de 296.577 barriles diarios de petróleo de esquisto, representando un aumento del 24 % respecto al año anterior. La producción de gas natural no convencional también ha visto un incremento, extrayendo 2,9 billones de pies cúbicos de gas natural, mostrando un aumento interanual del 6,5 %.
Estas cifras ponen en evidencia la robustez del sector de hidrocarburos en Argentina a pesar de las adversidades económicas y políticas del país.
Impacto en el mercado de gas de Bolivia
El aumento en la autosuficiencia de gas natural de Argentina ha tenido repercusiones en Bolivia, un proveedor histórico de gas natural al país sudamericano.
La producción boliviana ha estado disminuyendo durante más de una década, y se espera que sus exportaciones a Argentina y Brasil terminen para 2030.
Gasoducto Néstor Kirchner: nueva conexión energética
Julio de 2023 marcó la puesta en marcha de la primera fase del Gasoducto Néstor Kirchner, con una inversión de 1.500 millones de dólares. Esta infraestructura conecta Vaca Muerta, en Neuquén, con Salliquelo, al oeste de Buenos Aires. En este punto, el gas se procesa y se incorpora a la red de suministro nacional.
Con esta iniciativa, Argentina reducirá su dependencia de importaciones de gas natural, potenciará la extracción en la formación de esquisto y combatirá el déficit comercial. En julio de 2023, dicho déficit era de 649 millones de dólares, marcando una reducción significativa desde el déficit de 1.700 millones de un mes anterior.
Se espera que la producción de petróleo y gas de esquisto de Vaca Muerta siga en ascenso, consolidando la autonomía energética del país y fortaleciendo la economía nacional.
Producción de petróleo: números y expectativas
En junio de 2023, la producción petrolera argentina alcanzó una media de 620.195 barriles diarios. Si bien no supera el máximo histórico de marzo de ese año, es un significativo 8 % superior al mismo periodo del año anterior.
Las proyecciones indican que para 2030, Vaca Muerta podría alcanzar una producción de hasta un millón de barriles diarios. Esta cifra triplicaría la producción media de los primeros seis meses de 2023, consolidando a Argentina como uno de los principales productores de petróleo a nivel regional y global.
Esto se traduciría en un revulsivo para la economía argentina, beneficiando tanto al sector público como privado.
Crudo dulce de Vaca Muerta: calidad y sostenibilidad
El petróleo dulce ligero de Vaca Muerta, con una gravedad API entre 39 a 42 grados y menos de 0,5 % de contenido de azufre, se destaca por su facilidad de refinamiento. Este crudo es altamente competitivo, especialmente ante normativas de emisiones cada vez más rigurosas.
Según McKinsey, el petróleo de Vaca Muerta posee una intensidad de carbono de 15,8 kg por barril, situándolo entre los más sostenibles del mundo y por debajo de la media global de 23 kg. Esto ha captado la atención de grandes empresas energéticas comprometidas con la reducción de emisiones y la neutralidad de carbono.
La consultora Rystad Energy ha afirmado que “no hay problemas con la calidad del esquisto bituminoso de Vaca Muerta ni con su capacidad para producir hidrocarburos a gran escala (tras una estimulación adecuada)”.
Costos de explotación: competitividad a escala global
Los costos operativos de Vaca Muerta han experimentado una notable reducción en los últimos años. La perforación, elevación y demás operaciones se han vuelto más eficientes con el desarrollo de la región.
McKinsey & Company señala que Vaca Muerta es rentable con precios de 36 dólares por barril. Esta cifra es competitiva frente a otros yacimientos latinoamericanos y se sitúa por debajo de la mayoría en EE. UU. Esta combinación de bajo costo y alta calidad coloca a Vaca Muerta en el radar de grandes corporaciones energéticas internacionales.
Las empresas buscan inversiones en yacimientos que ofrezcan crudo ligero y dulce, con un impacto ecológico mínimo, y Vaca Muerta emerge como una opción líder en el mercado global.