Oleg Tinkov, fundador de uno de los mayores bancos rusos, criticó la guerra en Ucrania en un post en Instagram el mes pasado. Al día siguiente, según él, la administración del presidente Putin se puso en contacto con los ejecutivos del banco y amenazó con nacionalizarlo si no cortaba los lazos con él.
La semana pasada, Tinkov vendió su 35 % de participación a un multimillonario minero ruso cercano a Putin, en lo que él describe como una “venta desesperada, una venta de fuego” a la que le obligó el Kremlin por un precio ridículo.
“No podía hablar del precio”, dijo Tinkov. “Era como una situación de rehenes: aceptas lo que te ofrecen. No podía negociar”.
Tinkov era conocido como uno de los pocos magnates rusos que se han hecho a sí mismos, con un valor de más de 9.000 millones de dólares en noviembre, después de haber construido su fortuna fuera de las industrias de la energía y los minerales, que eran el terreno de juego de los oligarcas rusos.
Tinkov afirmó que muchos de sus conocidos de la élite gubernamental y empresarial le dijeron en privado que compartían su opinión y estaban de acuerdo con él, “pero todos tienen miedo” de correr la misma suerte que Tinkov.
“Me he dado cuenta de que Rusia, como país, ya no existe”, dijo Tinkov al New York Times, y predijo que Putin se mantendría en el poder durante mucho tiempo. “Creía que el régimen de Putin era malo. Pero, por supuesto, no tenía ni idea de que iba a adquirir una escala tan catastrófica”.
Tinkoff, el banco que el Sr. Tinkov fundó en 2006, negó sus afirmaciones sobre los acontecimientos y dijo que no había habido “ningún tipo de amenaza contra la dirección del banco”. El banco, que anunció el jueves pasado que Tinkov había vendido toda su participación en la empresa a una firma dirigida por Vladimir Potanin, un magnate minero cercano a Putin, parecía distanciarse de su fundador.
“Oleg no ha estado en Moscú durante muchos años, no ha participado en la vida de la empresa y no ha estado involucrado en ningún asunto”, dijo Tinkoff en un comunicado.
Sin embargo, el Sr. Tinkov está considerado como un raro pionero de los negocios rusos, que ha pasado de ser un pequeño empresario a ser el fundador de uno de los mayores bancos online de Rusia. Dice que nunca ha puesto un pie en el Kremlin, y en ocasiones ha criticado a Putin.
Pero a diferencia de los oligarcas rusos que hace años criticaron a Putin y ahora viven en el exilio, como el ex magnate del petróleo Mijaíl B. Jodorkovsky o el empresario tecnológico Pavel Durov, Tinkov encontró una forma de convivir con el Kremlin y ganar miles de millones a pesar de sus opiniones, al menos, hasta el 19 de abril.